La Federación Internacional de Voleibol (FIVB) anunció este
lunes, desde su sede en Lausana, Suiza, que el equipo de Francia fue
beneficiado con el wild card para asistir a la finalísima de la Liga
Mundial, del 10 al 15 de este mes, en Katowice.
Los galos concluyeron la etapa eliminatoria del certamen con
balance de 7 victorias y 5 reveses, pero tuvieron un índice de
puntos a favor y en contra inferior al de Cuba, (1.058) por (1.028).
En la argumentación ofrecida a la prensa al anunciar el "triunfo"
de Francia se dice que pesó el segundo lugar de esa nación en la
Liga del 2006, pero ¿por qué la FIVB no aludió a que Cuba posee una
presea de oro, cinco de plata y dos de bronce en 17 ediciones,
mientras Francia, en 13 concurrencias, únicamente atesora esa plata
del 2006, en contraste con el resto de sus resultados que la ubican
entre el quinto y décimo peldaños?
La razón para apuntalar a los franceses es en extremo famélica.
En la Liga del 2005 Cuba obtuvo el tercer escaño, mientras Italia
cerraba en el séptimo. Pasaron los meses, llegó el momento de
otorgar el wild card para la final del 2006, y se lo dieron a los
italianos, quienes habían concluido la fase eliminatoria con 6-6, en
tanto los antillanos sumaban 10-2. ¿Por qué entonces la FIVB no tomó
en cuenta la edición precedente del torneo para escoger al sexto
equipo? Además, Italia, ganadora ocho veces del evento en la década
anterior, ya acusaba un claro descenso en sus rendimientos,
corroborado ahora, al no aparecer siquiera entre los aspirantes al
wild card.
De los seis colectivos convocados para Katowice la próxima
semana, cuatro son de Europa, lo cual representa el 66%. Solo el
multimonarca Brasil, y Estados Unidos no pertenecen al Viejo
Continente, una correlación de fuerzas bien dispareja, nada
favorable al interés explícito de la FIVB de popularizar la práctica
de este deporte en todas las latitudes del planeta.
Entrémosle al tema con la manga al codo. Aunque la FIVB ha dado a
conocer los distintos aspectos integrales que considera para
conceder el boleto al sexto elenco rumbo a la finalísima, ha
predominado un criterio economicista para seleccionar al agraciado.
El conjunto de Cuba regresó a la Patria este lunes, tras cumplir
su calendario eliminatorio en el clásico. Si los nuestros hubieran
sido los electos para estar en Katowice, ello significaría un
desembolso superior de dinero por parte de la FIVB para pagar los
boletos desde La Habana hasta Polonia, de seguro mucho mayor que el
valor del traslado de los franceses hacia Katowice.
Ante esta situación, cabría otra pregunta. ¿Qué opciones tendrá
cualquier país de América para obtener un wild card si sus émulos
pertenecen a Europa? Por segundo año consecutivo la FIVB valora muy
alto la actuación de Cuba, pero esquiva otorgarle el boleto, aunque
exhibe guarismos convincentes; es poseedora de una afición que
repleta la Ciudad Deportiva, y está respaldada por un importante
historial en la Liga desde su debut en 1991 a la fecha.
Una sugerencia: la FIVB debe meditar en torno a la justeza de
estos veredictos. Quizá los participantes prefieran un programa
competitivo con los 16 planteles hoy matriculados y que los seis
finalistas sean los destacados por sus resultados sobre la cancha.