Cerca de 110 habitaciones de ese hotel, perteneciente al grupo
hotelero ISLAZUL, se benefician mediante el servicio de agua caliente,
gracias a las posibilidades que ofrece el Sol como fuente inagotable
de energía, no siempre tenida en cuenta.
Tal experiencia, explica el ingeniero José González Candocia,
especialista energético, se extiende a la cocción de alimentos y al
fregado de cubiertos, platos, vasos y recipientes en cocinas y
restaurantes.
En esos casos, la ventaja no solo está en la cantidad de
combustible fósil o de gas licuado que se deja de emplear, sino
también en la posibilidad de consumir menos detergente tras el efecto
directo que ejerce el agua caliente sobre las grasas y residuos
adheridos a la vajilla usada.
Los cálculos indican que sobre la base del ahorro diario actual, el
hotel tunero puede economizar al año unos 4 300 litros de diésel.
El saldo será más beneficioso cuando mejoren en las redes
hidráulicas y el sistema de paneles, diseñado inicialmente para un
menor número de habitaciones y servicios.
Mientras tanto, directivos y especialistas también buscan
alternativas para reducir índices de consumo eléctrico que en
ocasiones exceden lo previsto.
Resultados como los que aporta el empleo de la luz solar aquí, se
estudian hoy por casi un centenar de especialistas y profesionales
incorporados a una maestría acerca de tecnologías en la gestión total
y eficiente de energía, con sede en el Centro Universitario Vladímir
Ilich Lenin, de esta provincia.