El
presidente Bush registra el índice de aprobación más bajo de su
presidencia, que lo convierte en el presidente menos popular desde la
administración de Nixon, según la nueva encuesta de la revista Nesweek.
(21 de junio de 2007).
En 19 meses, George W. Bush abandonará la Casa Blanca
definitivamente. La última encuesta de la revista Nesweek indica que
le espera un arduo camino por delante si espera persuadir al país de
que se ponga de su parte antes de terminar su mandato. En la encuesta
más reciente, que se realizó el lunes y el martes por la noche, el
índice de aprobación del presidente Bush alcanzó su nivel más bajo.
Solo el 26 por ciento de los estadounidenses, poco más de una de cada
cuatro personas, está de acuerdo con la labor del Presidente número
43, mientras una cifra récord del 65 por ciento lo desaprueba, que
incluye cerca de la tercera parte de los Republicanos.
Las nuevas cifras, 2 puntos menos con respecto a la última encuesta
de Newsweek a principios de mayo, no registran cambios en las
estadísticas, dado al margen de error de 4 puntos de la encuesta. Sin
embargo el 26 por ciento de popularidad coloca a Bush por debajo de
Jimmy Carter, quien descendió a su punto más bajo de 28 por ciento de
aprobación en una encuesta realizada por Gallup en junio de 1979. De
hecho, el único presidente en los últimos 35 años que ha conseguido
más baja puntuación que Bush es Richard Nixon. El índice de aprobación
de Nixon cayó a un 23 por ciento en enero de 1974, siete meses antes
de su renuncia por la malograda irrupción ilegal en Watergate.
La guerra en Iraq continúa hundiendo a Bush. La cifra sin
precedentes del 73 por ciento de los estadounidenses desaprueba la
forma en que Bush ha manejado la situación en Iraq. A pesar de "la
concentración" de fuerzas estadounidenses en Bagdad y en la occidental
provincia de Anbar, una cifra baja récord de 23 por ciento de los
estadounidenses concuerdan con las acciones del Presidente en Iraq, 5
puntos menos desde finales de marzo.
Aun así la Casa Blanca no puede adjudicar el índice de aceptación
solamente en la guerra. Bush exhibe cifras bajas récord o casi récord
en cada tema importante: en la economía (el 35 por ciento la aprueba,
el 60 por ciento desaprueba), en la atención médica (el 28 por ciento
la aprueba, el 61 por ciento la desaprueba), en la inmigración (el 23
por ciento la aprueba, el 63 por ciento la desaprueba). Además, y tal
vez sean las peores noticias para la multitud de Republicanos que
esperan suceder a Bush en el 2008, el 50 por ciento de los
estadounidenses desaprueban la manera que el Presidente maneja el tema
del terrorismo y la seguridad nacional. Solamente el 43 por ciento de
aprobación, en un tema que ha sido la carta de triunfo del Partido
Republicano en las elecciones nacionales desde el 11 de septiembre.
Si hay alguna buena noticia para Bush y los republicanos en la
última encuesta de Nesweek, es que el Congreso mayoritariamente
demócrata está incluso peor parado que el Presidente. Solo el 25 por
ciento de los estadounidenses aprueban la labor que está haciendo el
Congreso.
En la noticia más aterradora para los aspirantes demócratas en
busca de la candidatura de su partido en el 2008 sale a relucir que
hasta en la base del partido Demócrata están descontentos con el
Congreso, que su partido controla por escaso margen. Solamente el 27
por ciento de los demócratas están de acuerdo con el trabajo que el
Congreso está haciendo, una diferencia estadísticamente insignificante
del 25 por ciento de los republicanos y el 25 por ciento de los
independientes que están de acuerdo con el Congreso.
En términos generales, el 63 por ciento de los estadounidenses no
están de acuerdo con el trabajo que el Congreso está haciendo, que
incluye el 60 por ciento de los demócratas, el 67 por ciento de los
republicanos y el 64 por ciento de los independientes. Al parecer los
electores no están contentos con nadie en Washington por estos días.