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El Senado estadounidense dio hoy luz verde al debate de un plan de
reforma migratoria, el cual enfrenta una recia oposición que amenaza
con matar las esperanzas de legalización de cerca de 12 millones de
personas.
La llamada Cámara Alta del Congreso aprobó por 64 votos a favor
contra 35, retomar el tema tras intensas negociaciones, cuyos
resultados no parecen convencer a opositores y partidarios.
A partir de ahora, los parlamentarios examinarán 24 enmiendas
repartidas en igualdad entre demócratas y republicanos.
El enfrentamiento puede ser tenso, pues los republicanos quieren
restringir el programa de legalización, para ellos una amnistía,
mientras los demócratas aspiran a suavizar algunas de las propuestas.
Luego de analizadas las enmiendas, el foro enfrentará otro voto
crucial encaminado a evitar el filibusterismo, una táctica partidista
para prolongar indefinidamente el intercambio e impedir la votación.
El Senado tratará de conseguir que al menos 60 miembros apoyen
limitar el debate a 30 horas y luego pasar al sufragio final del plan
de reforma.