Stephen
Abraham, coronel del ejército con 26 años de experiencia en
Inteligencia militar y con un destacado papel en las comisiones
militares estadounidenses establecidas para procesar a algunos de los
detenidos en Guantánamo, sospechosos de tener vínculos terroristas,
reconoció ayer que, en ocasiones, los dictámenes condenatorios se han
basado en informaciones de Inteligencia vagas e incompletas, así como
la presión para declarar a los detenidos "combatientes enemigos",
muchas veces, dijo, sin prueba específica alguna.
Su testimonio constituye la primera crítica al procedimiento
judicial basado en las comisiones militares hechas por un militar
—ahora en la reserva— y publicadas. También trabaja como abogado en
California.
Fiscales militares, según el citado coronel, recibieron solo
material "genérico" no acorde, dijo, con los estándares legales
básicos como pruebas inculpatorias, a pesar de haber solicitado en
numerosas ocasiones la entrega por parte de las agencias de
Inteligencia de informaciones específicas que podrían haber ayudado a
cualquiera de las partes —defensa y acusación— en una dirección o en
otra, algo rechazado por las agencias.
"Lo que se presentó como declaraciones de hechos específicos
eludían incluso las más básicas señas de pruebas objetivamente
creíbles", denunció en su declaración jurada Abraham, archivada en un
Tribunal de Apelación de Washington como prueba exculpatoria en el
caso del detenido kuwaití Fawzi al Odah, clasificado como "combatiente
enemigo".
Abraham, uno de los funcionarios que trabaja en conexión entre las
comisiones militares y las agencias de Inteligencia, acordó con
"coraje" proporcionar su declaración jurada a la defensa del kuwaití,
según explicó el abogado de Al Odah, David Cynamon. "Prueba lo que
todos sospechábamos que es que el Tribunal de Revisión del Estatus de
Combatiente (Enemigo) es una farsa completa", explicó el letrado.
(EP/AP)