En uno de los hechos más letales, un atacante suicida se inmoló en
el vestíbulo del Hotel Mansur, matando a siete jefes tribales e igual
número de guardaespaldas, mientras 13 policías perecían en una acción
con bomba y armas de fuego contra un puesto de seguridad
estadounidense en la localidad septentrional de Beiji.
Asimismo, un coche-bomba detonó en las cercanías de la oficina del
gobernador de Hila, matando a ocho personas e hiriendo a 31.
Según DPA, los rebeldes atacaron cinco dependencias de las fuerzas
de ocupación estadounidenses, y el mando militar yanki solo informó
sobre la muerte de uno de sus soldados y de nueve presuntos
insurgentes.
Por otra parte, la revista especializada New England Journal of
Medicine estimó que unos 50 000 soldados norteamericanos fueron
heridos hasta ahora en Iraq, y afirmó que muchos de ellos regresaron
mutilados a Estados Unidos.