Emociones fuertes

Omar Vázquez
omar.vc@granma.cip.cu

Serán inolvidables las emociones que deparó la gala de clausura del XXI Festival Internacional Boleros de Oro, especialmente el cierre a cargo de Rodrigo de la Cadena y el tributo que le rindió el público asistente a la Sala Covarrubias del Teatro Nacional y que él agradeció con juvenil nerviosismo.

José Loyola Fernández, presidente del Festival, valoró la colaboración recibida por la UNEAC de varias instituciones para organizar el evento —se desarrolla en 13 provincias y el Municipio Especial de Isla de la Juventud—, a Colombia por la masividad y entusiasmo con la que honró la dedicatoria de esta edición, y anunció que la edición del 2008 celebrará los aportes al género de Ela Calvo.

El Festival continuará del 28 de junio al 1ro. de julio, en Pinar del Río, Guantánamo, la Isla de la Juventud y en Morón (Ciego de Ávila), donde, desde el 29 se desarrollará el evento teórico en la filial de la Fundación Nicolás Guillén.

De la Cadena ofreció una creativa versión de El pez, la bachata de Juan Luis Guerra, con la que templó los ánimos e inculcó la aspiración artística que él es capaz de dar. El público puesto de pie, lo hizo regresar al escenario para que ofreciera un pequeño recital, acompañado por el guitarrista Rey Montesinos y la Orquesta del ICRT. Rey compartió su dirección con Miguel Patterson.

La noche corrió con frescura —no obstante el calor reinante en la sala—, apoyada en el desempeño de figuras reconocidas como María Elena Pena; el camagüeyano Simón Roberto, que impactó con su versión de Alma mía, de María Grever, Leyanis López, en Contigo aprendí, de Manzanero y Allí, de Luis Marquetti; y la pujanza de jóvenes que se acercan acertadamente al género y dieron más de una sorpresa.

Luanda voló hacia los agudos con aplomo de profesional, adquirido durante su pertenencia al dúo Enigma y resolvió con soltura complicadas ecuaciones técnicas, dentro de versiones muy actuales de Veinte años, de María Teresa Vera y Guillermina Aramburu, y Total, de García Perdomo. Ese mismo espíritu renovador estuvo presente en Sory y sus interpretaciones de Si me pudieras querer, de Ignacio Villa y Si te contara, de Félix Reina.

 

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