De las mujeres cubanas:

¡Felicidades, querido papá!

Foto:RICARDO LÓPEZ HEVIAMuchas veces hemos preguntado a hombres de diferentes provincias, oficios, profesiones, edades, qué significa para ellos ser padres. Diversas han sido las respuestas, pero lo más común es que piensen en ser ejemplo, educar a los hijos, transmitirles conocimientos, controlar sus conductas.

Muchos padres consideran que su deber es preocuparse sobre todo, por conocer quiénes son las amistades de sus hijos, cómo salen en las pruebas, cómo les va con la pareja, enseñarles deportes, ayudarlos en su formación política y en las asignaturas de Ciencias e influir en las principales decisiones de sus vidas.

A las madres se les atribuye la responsabilidad de satisfacer las necesidades cotidianas de los hijos, ser tiernas y cariñosas, ser las principales responsables de su educación, dar el frente a sus problemas diarios y orientarlos en lo que a sexualidad se refiere.

Para los padres se menciona menos ser cariñoso, sensible, tierno, comprensivo, amoroso, comunicativo, cercano...

Siglos y siglos de historia y cultura nos han enseñado una manera de ser hombres, mujeres, esposos, esposas, madres, padres, que fundamentan la formación de modelos, entre ellos el de la paternidad, que por lo general, excluyen un conjunto de cualidades y conductas que, sin embargo, desearíamos tener y que también a nuestros hijos e hijas, les gustaría ver en nosotros.

Ser "buena madre" ha sido históricamente, objeto de una alta valoración social y para las personas parece estar muy claro lo que implica. La definición ya no es tan precisa cuando se trata de qué es un "buen padre".

Al respecto, Vilma, nuestra querida Presidenta, afirma1:

"La vieja tradición y los criterios más atrasados, también tienden a ignorar las aptitudes de los hombres para la paternidad y la vida familiar, y muchas veces son tratados como seres inútiles e incapaces de cumplir exitosamente tales responsabilidades.

Debe desaparecer en el socialismo la injusta y degradante concepción del padre como simple inseminador en lugar de un activo formador, educador, partícipe del cotidiano quehacer familiar en todos los órdenes".

Hay que reconocer que en todos estos años de Revolución y lucha por la igualdad ha tenido lugar una variación cultural importante en la imagen del padre, ya no es el gobernador omnipotente, la autoridad máxima de la familia, a la que más se le temía o respetaba y que solo se presentaba para reprender o castigar.

Hoy es un hermoso día para felicitar a todos los padres, para pensar en cómo ser mejores y para reconocer a todos aquellos que han logrado trascender ese modelo de padre tradicional que no participa en la decisión de tener hijos con conciencia de la responsabilidad que asume, que se desentiende y deja a mamá todas las tareas, que solo aparece para regañar o con un regalo de vez en cuando, que no va a las reuniones de padres de la es-cuela, que no juega, que no abraza, que no besa.

Por suerte, día a día van aumentando en nuestra sociedad esos padres responsables y amorosos. Son los que comparten los misterios del embarazo y el parto, los que cuidan, escuchan y contribuyen a formar en sus hijos e hijas los mejores va-lores, los que se quedan con ellos para que sus esposas cum-plan una tarea en su centro de trabajo o una trascendente mi-sión internacionalista, los que son más plenos y felices porque disfrutan de la aparición de su primer diente, sus primeros pasos, de su entrada a la escuela, de su buena conducta. Son los que aún separados o divorciados no se divorcian de sus hijos y los visitan, los atienden, los ayudan y les demuestran con palabras y he-chos que los quieren; son los diecinueve que se han acogido a la licencia de paternidad para cuidar a sus bebés; son los abuelos colaboradores e indispensables, son todos aquellos que nunca se van de nuestras vidas aunque ya no estén.

Hoy, las mujeres cubanas felicitamos a todos los padres con un gran abrazo, el abrazo de quienes defendemos también sus derechos: el derecho a su espacio en la familia, a demostrar sus sentimientos aunque se les critique, a ser tiernos, a amar, a disfrutar y enriquecerse como seres humanos cuando cuidan, atienden y educan a sus hijos.

La paternidad consciente y responsable, es un derecho conquistado.

Espín, Vilma, 1990.1 “La mujer en Cuba. Familia y Sociedad”. (Discursos, entrevistas, documentos, p. 238).

 

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