Caguairanes en la serranía
La preparación en condiciones de campaña y en el propio
teatro de operaciones militares permiten entrenar eficientemente a los
reservistas que cumplen Mi Guardia por la Patria en una gran unidad
del Ejército Central
Armando Sáez Chávez
Los alumnos del reservista Rainer Niebla le echan de menos. Allá en
la escuela primaria Osiris García, de Cumanayagua, en Cienfuegos, los
colegas tuvieron que sustituirlo por un tiempo para que el programa no
se atrasara.
La
dotación de la pieza repite el entrenamiento para perfeccionarse en su
manejo.
Ahora Rainer no es el centro de su clase, ni la cancha de
baloncesto el escenario principal. Como tampoco en sus manos están la
tablilla ni el cronómetro para medir el rendimiento en los ejercicios
de Educación Física.
Todo cambió para el joven. Por estos días se mantiene inseparable a
su fusil AKM, mientras el traje verde olivo sustituyó al mono
deportivo, aunque a veces la indumentaria se tiene que conformar con
materiales naturales que le sirven de camuflaje. Ya los terrenos
distan mucho de la planicie de una pista de atletismo, pues
actualmente se ha convertido en algo rutinario para él desandar
empinadas lomas como parte del entrenamiento.
El
profesor de Educación Física, Rainer Niebla, no dudó en cambiar el
cronómetro por el fusil AKM.
Como Rainer son miles los reservistas que se preparan en
condiciones de campaña en una gran unidad de infantería ligera de
montaña del Ejército Central. Cumplen así con su Guardia por la Patria
durante la Operación Caguairán.
LA NATURALEZA POR ALIADA
Difícil es percatarse que bajo el tupido follaje, un accidentado
espacio en la ladera de una loma fue convertido en rústico polígono de
entrenamiento. Aquí los jefes y oficiales reciben las indicaciones y
conocimientos que luego aplicarán en la práctica de tiro. Por eso
siguen con atención cada momento del ejercicio, mientras el
instructor, con toda la base material de estudio, se apoya en la
maqueta que representa, a escala reducida, la parte del terreno que
por designación combativa le corresponde ocupar a su grupo de
artillería.
En
el rústico polígono reducido, los jefes y oficiales se preparan para
el tiro de artillería.
Cada cual está pendiente del detalle en la explicación. Son
conscientes de que este es el momento de dominar cada paso a la
perfección, por eso el instructor evalúa individual y colectivamente,
de forma teórica y práctica, de manera que se vaya logrando el
objetivo en la adquisición de las habilidades para alcanzar total
destreza en la consecutividad de las voces de mando.
No lejos de allí, el soldado de la reserva Alexander Torres,
artillero apuntador de una pieza, aprovecha un alto en las acciones
para conversar con este equipo de reporteros. "Cierto que nos estamos
entrenando con el rigor necesario, lo más cercano a una situación real
—precisó— sin las comodidades del hogar. De eso estamos conscientes.
"Pero, en medio de todas esas privaciones, las condiciones creadas
en el campamento garantizan determinada calidad de vida. Por ejemplo,
para los ratos libres tenemos juegos de mesa, o la posibilidad de leer
libros o periódicos; oír música o hasta disfrutar de un programa de
televisión o ver videos educativos", argumentó.
El mimetismo es parte del arsenal de un explorador, tan valioso
como el fusil, dado el caso. Es casi de magia cómo un buen camuflaje
logra inadvertir la presencia de estos hombres para burlar al enemigo.
A la exploración le corresponde un puesto de vanguardia en el
frente de combate. Por supuesto que esta posición de avanzada, muchas
veces más allá de la primera línea, les obliga no solo a reunir
determinadas características físicas, sino además a estar dotados de
inteligencia y astucia para moverse de forma subrepticia y actuar
según las circunstancias lo aconsejan, en ocasiones por decisión
personal.
Las habilidades y destreza en el desplazamiento y el dominio del
tiro en diferentes posiciones y contra blancos fijos o móviles forman
parte de la preparación de estos reservistas, lo que supone largas y
fatigosas jornadas de entrenamiento.
"Vea allí —señala Rainer—, ese es el campo de tiro, orgullo de
todos aquí". Y en efecto, las condiciones naturales en un pequeño
valle intramontano, aportaron los requerimientos idóneos para
acondicionar en el lugar una instalación que permite afinar la
puntería con el armamento de combate.
Casi a media mañana una pertinaz lluvia, propia de estos meses en
la zona montañosa, propició aún más las condiciones de campaña. Muy
poco caso hicieron los combatientes al deterioro del tiempo. Por el
contrario, a partir de ese momento se esmeraron en la realización de
los ejercicios, como para demostrar que también estaban adiestrados
para maniobrar ante eventualidades como esta.
A la orden del jefe, Rainer y sus compañeros, con los cuerpos
mojados pero firmes las manos para asegurar el resbaladizo fusil,
ocuparon sus puestos en la línea de fuego. Poco después y bajo recio
aguacero fueron cayendo los blancos impactados por los proyectiles.
LA FUERZA DE LA VOLUNTAD
"Creemos que es necesario insistir en que en este periodo los
reservistas fortalecen su preparación político-ideológica y alcanzan
un alto nivel de instrucción militar. No hay la menor duda de que en
estos momentos se ha elevado el grado de disposición combativa en
todas nuestras unidades y que estamos mejor preparados para enfrentar
al enemigo bajo la concepción de la Guerra de Todo el Pueblo. Ello, en
buena medida, gracias a la voluntad y a la respuesta al llamado hecho
tras la Proclama del Comandante en Jefe", aseguró el teniente coronel
Antonio Luis Álvarez Blanco.
Mientras a todo lo ancho y largo del verde caimán miles de
movilizados cumplen eficientemente su Guardia por la Patria, también
acá en el lomerío del macizo Guamuhaya, los reservistas del Ejército
Central se encargan de ratificar por qué esta parte de la serranía ha
sido y es considerada un bastión inexpugnable de la Patria. |