Un contrato finalizado esta semana, pero no anunciado aún pide
invertir 33 millones de dólares para añadir alrededor de unos 200
psiquiatras, psicólogos y trabajadores sociales para que ayuden a los
soldados con problemas de estrés postraumático y otros problemas
mentales, dijeron funcionarios a la AP.
"Según se ha ido prolongando la guerra, el estrés postraumático y
otras consecuencias psicológicas de la guerra han aumentado", dice la
coronel Elspeth Ritchie, asesora psiquiátrica del director de Medicina
del Ejército estadounidense.
"El número de trabajadores de salud mental que era adecuado para
los cuerpos militares en tiempos de paz no lo es para una nación que
está en guerra", dijo Ritchie en una entrevista.
El nuevo personal, que según ella empezará a contratarse de
inmediato, es parte de un plan más amplio del Ejército para mejorar la
atención médica de veteranos heridos o enfermos, y surge en lo que el
Departamento de Defensa completa un informe más amplio de salud
mental, el más reciente en una serie de los pasados meses que ha
hallado que los servicios para veteranos han sido inadecuados.
"Cuando empezó la guerra, no creo que nadie hubiera esperado cuánto
iba a durar", dijo Ritchie refiriéndose a la necesidad de más
trabajadores de salud, y añadió que las largas y a veces repetidas
giras militares causadas por la prolongación de la guerra actual en
Iraq y Afganistán están causándoles más estrés a las tropas.
Las encuestas de las tropas en Iraq han demostrado que entre el 15%
y el 20% de los soldados del Ejército tiene señales y síntomas de
trastorno postraumático, que puede hacer que uno reviva experiencias
traumáticas y causar reacciones serias.
Alrededor del 35% de los soldados procura algún tipo u otro de
tratamiento mental un año después de regresar a casa, bajo un programa
que estudia a dichas tropas en busca de evidencia de daños físicos o
mentales.
Ritchie dice que los 200 nuevos trabajadores de salud mental se
añadirán a más de 600 que ahora trabajan en unos 30 hospitales y
centros militares médicos importantes.
El Ejército también planea otras mejoras, entre ellas reducir la
burocracia que tienen que confrontar los veteranos para recibir
atención y añadir más abogados y otros tipos de em-pleados para ayudar
a los veteranos y a sus familiares.
Un informe de un equipo especial del Departamento de Defensa
revelado ayer, también halló que "los esfuerzos actuales son
significativamente deficientes" en lo relacionado con suministrar
ayuda para las tropas.
"Las necesidades psicológicas de los miembros de los servicios
militares de EE.UU., sus familiares y sus sobrevivientes representan
un desafío imponente y cada vez mayor para el Departamento de
Defensa", dice el documento.
El Congreso requirió ese equipo especial en una ley promulgada en
el 2006, anterior a la crisis desatada en el hospital Walter Reed, que
se suponía emblemático en la atención a los veteranos y heridos de
guerra, pero cuyas deficiencias y abandono desataron una crisis en los
servicios médicos militares.