El terrorista se encontraba acusado de siete cargos de posesión
ilegal de armas. Por haber sido condenado una primera vez, en 1992,
por "posesión de explosivos ilegales", Ferro debería afrontar
agravantes judiciales. Sin embargo, en el momento de su arresto, se
encontraron en el sótano de su domicilio, entre otros medios de
guerra, 35 ametralladoras, 130 silenciadores y 89 000 balas, además de
una sala de tiro.
Colmo de lo grotesco: gracias a Her-nández y sus contactos al más
alto nivel en el Departamento de Justicia de Alberto Gonzales, socio
de Bush, la fiscalía de repente aceptó restringir a 17 armas de fuego
y una granada el arsenal hallado en la casa de Upland, California, en
abril del pasado año.
Se consideró que las demás armas encontradas eran... de colección.
Ferro recibirá su sentencia el 27 de agosto de mano de la jueza
Virginia A. Phillips, quien seguirá evidentemente el complaciente
guión observado en el pasado por todos sus colegas en el caso de
terroristas de origen cubano vinculados a los planes de la CIA.
En 1992, Ferro había sido acusado de dirigir un campo paramilitar
en una granja de pollos en la localidad de Pomona. En esa oportunidad,
las autoridades encontraron cinco libras de C-4, un potente explosivo
militar.
El miembro de Alpha 66 fue entonces sentenciado a dos años en
prisión.
Declaraciones de Ferro donde afirma que preparaba una "invasión" a
Cuba con la "bendición" del gobierno de EE.UU., fueron obtenidas por
los investigadores de la Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y
Explosivos, cuando se capturó el arsenal de armas.
En aquel momento, esos oficiales dijeron haber encontrado fusiles
ametralladoras Uzis y AK-47 en el baño de la habitación principal.
Precisaron que la mayoría del armamento se encontraba con peines
completos, y añadieron que el campo de tiro del sótano había sido
utilizado recientemente, "con silenciadores en las armas para que los
vecinos no se enteraran".
Arturo Hernández, el abogado de confianza de la cúpula mafiosa
miamense, se encarga de la defensa de una brocheta de asesinos como
Santiago Álvarez, Os-valdo Mitat y Luis Posada Carriles. Es gracias a
sus estratagemas, que se re-dujo recientemente la sen-tencia de
Álvarez y Mitat al entregar más armas que las capturadas en el momento
de su arresto.
A pesar del arsenal capturado, su autoproclamada pertenencia a
Alpha 66 y sus antecedentes terroristas, el californiano NO ha sido
acusado de terrorismo y tampoco de conspiración para cometer actos de
terrorismo.
Ferro se encuentra confortablemente detenido desde abril del 2006
en el Cen-tro Metropolitano de Detención de Los Ángeles. Al contrario
de los cinco cu-banos arrestados por infiltrar las redes terroristas,
a las cuales también pertenecía, no ha sido en-cerrado en una cel-da
de confinamiento, en condiciones infrahumanas, no se le han prohibido
visitas de familiares y tampoco se le restringieron los contactos con
sus abogados.
Es que el "coleccionista" Ferro, además de terrorista
cubanoamericano patentado, es veterano de Vietnam y ex oficial de
Fuerzas Especiales en el Ejército estadounidense. Aún más meritorio en
el regimen bushista, Robert Ferro siempre proclamó que sus actividades
terroristas tenían como único propósito realizar acciones terroristas
contra Cuba.