El fútbol cubano mereció mejor suerte. Y aunque la frase parezca
manida (que lo es), el derrumbe de la selección en su última
presentación en la séptima Copa Oro no desmiente las cualidades que
antes de esa fecha había enseñado.
Su faena contra Panamá (2-2) demostró que no había sido
casualidad la actuación ante el favorito México (1-2), cuya
repercusión mediática es inédita en la historia deportiva cubana.
Este servidor se encontraba precisamente en el aeropuerto
internacional Benito Juárez de Ciudad de México, de paso hacia Nueva
York, un día después del partido de los cubanos contra el Tricolor,
y las portadas de todos los diarios, a la vez que disparaban sus
misiles contra el plantel de Hugo Sánchez, colocaban una alfombra
roja al juego de los antillanos y al desempeño de algunos de ellos.
"Casi nos ganan", susurraba un mexicano a otro al mediodía de
este jueves, cuando identificó a los caribeños en la misma terminal
aérea, pero ya camino a casa después del lamentable 0-5 con
Honduras. Y varios de ellos se acercaban a los jugadores cubanos
para tomarse fotos con quienes estuvieron a punto de una hazaña
sobre los cotizados futbolistas mexicanos.
Estas escenas ya se habían sucedido en Nueva Jersey y en Houston
con los aficionados de la inmigración latinoamericana, especialmente
mexicanos y centroamericanos, y en mucho menor grado, con cubanos,
de escasa presencia en los estadios a diferencia de cuando se trata
de béisbol.
No voy a entrar en detalles técnicos de alineaciones ni
estrategias, ni en controversias sobre la convocatoria previa del
seleccionado, o si bajas imprevistas podrían o no haber causado la
debacle, o si junto a las arengas alentadoras son también necesarias
más posibilidades de roce internacional.
Más importante es rechazar el fatalismo de que el cubano no sirve
para jugar bien al fútbol. Una vez, hace muchísimos años, en 1938,
estuvimos en un Mun-dial y le ganamos 2-1 a Rumania; y en 1976, en
los Juegos Olímpicos de Montreal, empatamos a cero con Polonia, pese
a que injustamente nos anularon un gol de Fariñas; y en el 2005,
Costa Rica no nos pudo vencer en dos partidos de las eliminatorias
mundialistas.
Los futbolistas cubanos se merecen demostrar su tope. Países
beisboleros como Vene-zuela y Panamá han logrado ya un espacio. Por
lo pronto esta Copa, pese al último sorbo, fue menos agridulce.
Canadá se enfrentará hoy a Guatemala y Estados Unidos a Panamá,
para abrir los cuartos de final, mientras que Honduras chocará con
Guadalupe y México con Costa Rica, mañana domingo, para terminar de
definir a los cuatro semifinalistas.