El embajador iraní en Bagdad, Hasan Kazemi Qomi, y su similar estadounidense aquí, Ryan Crocker, dialogaron sobre la seguridad de este país árabe como único tema, sin llegar a acuerdos formales y la perspectiva de una nueva cita, sin fecha definida todavía.

Aunque la parte persa no calificó la reunión, medios de prensa dijeron que el representante norteamericano la consideró positiva, pero sin grandes avances.

Kazemi manifestó a su contraparte que Teherán considera la estabilidad y seguridad de Iraq dos factores importantes para el fortalecimiento de la región, y la falta de ellas, opinó, contribuyen a su expansión en el país árabe y en el Levante, según la agencia de noticias IRNA.

El funcionario iraní responsabilizó a las decenas de empresas privadas extranjeras que laboran en Iraq de contribuir al caos y de poner al país al borde del precipicio, ante la carencia de servicios básicos de agua, electricidad y carburantes.

Irán consideró, asimismo, que la delicada situación que vive el pueblo iraquí está dada por la larga ocupación y el comportamiento de las tropas extranjeras, más la inseguridad causada por los terroristas, que "asesinan a los iraquíes" con total impunidad.

Estados Unidos acusa a la República Islámica de fomentar la sedición dentro del Estado árabe, con la ayuda de armas y entrenamientos a los combatientes de la resistencia, lo cual es negado por Teherán, que aboga por la salida de las tropas foráneas.

El presidente iraní, Mahmoud Anmadineyad, declaró que la presencia de fuerzas extranjeras aumentó la inestabilidad en la región del Golfo, que atraviesa momentos difíciles a causa de las políticas erróneas y unilaterales de las grandes potencias.