La ciudad cubana de Las Tunas es testigo por estos días del
desenfado de aficionados al cine, tras proyectarse en salas, centros
laborales, escuelas, universidades y comunidades, una selección de
la mejor filmografía española.
Los aficionados al séptimo arte de esta urbe del oriente cubano,
a 670 kilómetros de La Habana, han sido privilegiados por tener la
posibilidad de ver alrededor de 75 películas de distintas épocas,
que para unos simbolizan gratos recuerdos y en otros despiertan
interés.
Ese suceso cultural se deriva del XIV Festival Nacional de
Apreciación Cinematográfica CINEMAZUL que concluirá mañana sábado
con la entrega del Premio Ola, al mejor moderador en cine debate, y
la selección de la crítica y el trabajo investigativo en concursos.
Cinéfilos tuneros han podido ver y analizar el último filme de
Pedro Almodóvar, Volver, nominado para el Óscar, La verbena de la
paloma, de Benito Perojo, Viridiana, de Luis Buñuel, Los tarantos,
de Francisco Roviera, y Marcelino pan y vino, de Ladislao Vajda.
Se proyectan, además, Pecado de amor, de César Amadori, Noches de
Casablanca, de Henri Decoin, La cera virgen, de José María Forqué,
Solos los dos, de Luis Lucía, Cinco almohadas para una noche, de
Pedro Lazaga, y La Vida sigue Igual, de Eugenio Martín.
Artistas de reconocido prestigio internacional y muy familiar a
los cubanos como Sarita Montiel, Julio Iglesias, Sebastián Palomo
Linares, Carmen Sevilla y Penélope Cruz, han sido algunos de los
protagonistas de las películas exhibidas.
La historia del cine sonoro español comienza con Carceleras, en
1932, de José Buchs, pero coincidió con el dominio franquista
1930-1972, período conservador que frenó el desarrollo del arte
cinematográfico en ese país