La provincia no ajena a limitaciones de recursos en los inicios de
la molienda, padeció, aunque mucho menos, las condiciones climáticas
adversas que atormentó casi todo el tiempo la cosecha de la caña en el
oriente del país.
Por mucho que sea el batallar de los agroindustriales, es imposible
alcanzar en la eficiencia y en el rendimiento en azúcar, los valores
que hacen falta; y lo más perjudicial: la prolongación de la humedad
desarticula el sistema organizativo que exige una tarea compleja como
esta.
No por casualidad la zafra se realiza, en lo fundamental, entre
finales de diciembre y cierre de abril, el periodo más seco y menos
caluroso del año en que la caña toma su más alto contenido en azúcar.
Esta vez, por las razones conocidas, y cambios climáticos que se
reiteran y agravan, sucedió lo contrario. Incluso ya el 29 de marzo
hubo un alerta ante la adversa situación por el exceso de humedad y
altos niveles de precipitaciones que rebasaron el 25% de lo normal.
Por esa fecha, relativamente temprana y todavía con cierto margen,
los análisis mostraban que más del 44% del azúcar dejada de producir
obedecía, de forma directa o indirecta, al exceso de lluvia que
deteriora el rendimiento y apenas deja laborar en el campo. Tal
tendencia lejos de disminuir y aliviarse, se incrementó con énfasis en
las cinco provincias orientales decisivas en el plan nacional y que
prácticamente se vieron atadas.
Marzo, mes grande en la producción azucarera y muy favorable para
todos los índices, se fue con más penas que glorias. Miguel Abréu,
director general del Grupo Empresarial Azucarero de Las Tunas, opina
que poco pueden hacer los hombres si tratan de normalizar los cortes y
la molienda y reaparecen los aguaceros. Esto le ocurrió al Antonio
Guiteras, el máximo productor cubano, eficiente de siempre, que pese a
su probada experiencia, no pudo hacerse justicia.
La zafra, a diferencia de otras producciones, posee características
muy específicas. Por ello, ante contratiempos como estos, es lógico
que existan errores e imprecisiones que se enmascaran.
La economía de hoy y los tiempos actuales no permiten sacrificar la
caña disponible si son ínfimas las posibilidades de molerla a un costo
aceptable. Por eso es inteligente la medida conocida ayer de que los
pocos centrales en zafra dejaron de moler y están en fase de
liquidación.
Una valoración preliminar de especialistas del Ministerio del
Azúcar califica como buenos los resultados integrales de Matanzas y el
aprovechamiento de la norma potencial. El 73% que acumuló al cierre de
la campaña, es el mayor del país.
Por ser una provincia que corta mecanizadamente la casi totalidad
de sus cañas, se destaca el trabajo de los operadores y de todo el
personal que interviene en el suministro de materia prima a la
industria.
Ahora Matanzas integra junto a Cienfuegos la pareja cumplidora de
la zafra que termina y son 17 los centrales que lograron igual
condición. Lógicamente la mayoría (13) son del occidente y centro del
país.