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Mónica Goodling, ex funcionaria enlace entre la Casa Blanca y el
Departamento de Justicia, negó hoy su responsabilidad en el escándalo
político debido a los fiscales federales despedidos por el gobierno
estadounidense.
Goodling aseguró ante el Comité Judicial de la Cámara de
Representantes que ella no jugó ningún papel en el presuntamente
arbitrario retiro de los ocho procuradores norteamericanos, concretado
en diciembre pasado.
La ex empleada gubernamental culpó al antiguo asesor ministerial
Paul McNulty de mentir al Congreso con respecto a los pormenores
relacionados con la cesantía de los abogados departamentales,
reportaron medios de prensa.
El líder demócrata del comité, John Conyers, recordó a Goodling que
debe cooperar plenamente con el Congreso para dilucidar si la
destitución de los fiscales fue motivada por razones políticas.
Necesitamos información con la meta de aclarar muchas preguntas.
Hasta ahora los datos sobre este incidente son incompletos o inexactos
en varios aspectos, señaló Conyers.
El congresista de Michigan recordó que archivos del Departamento de
Justicia documentan la vinculación de Mónica Goodling a los despidos,
en conjunción con el Fiscal General, Alberto Gonzales, y su ex jefa de
gabinete Kyle Sampson.
Con anterioridad, Gonzales insistió en defender la licitud del
retiro de los procuradores y argumentó que no hubo ningún
procedimiento indebido.
Sin embargo, el ex fiscal John McKay denunció que tres meses antes
de quedar sin trabajo, funcionarios vinculados a la mansión ejecutiva
cuestionaron su ideología partidista.