.—
Con 900 operaciones de cataratas y pterigium (carnosidad) realizadas
en menos de 15 días hábiles de labor, los oftalmólogos cubanos
disfrutan hoy del favor de los nicaragüenses, por su consagración al
trabajo.
Esto es una bendición, asegura Gerardo Padilla, de 52 años,
mientras espera para ser atendido en la clínica oftalmológica Sandino,
el centro donado por Cuba, y cuyas instalaciones se ubican en el
municipio homónimo, 15 kilómetros al noroeste de Managua.
Padilla reside en la capital, pero los especialistas cubanos
representan su única oportunidad para recuperar la visión, porque sus
escasos recursos no le permiten pagar los mil dólares por cada ojo que
cuesta una operación de cataratas en Nicaragua.
Desde que abrió sus puertas el 1 de mayo pasado, la clínica Sandino
es un hervidero de gente, que llega desde distintos puntos de la
geografía nicaragüense, atraídos por la posibilidad de operarse de
forma totalmente gratuita.
Tenemos pacientes hasta de Chontales, aseguró a Prensa Latina la
directora del centro, Reina Martínez, en alusión al departamento
(provincia) ubicado a más de 130 kilómetros de la capital.
De acuerdo con Martínez, hay más de 200 casos ya clasificados, que
serán intervenidos quirúrgicamente en los próximos días.
Los tres cirujanos llegados de la isla realizan hasta 30
operaciones diarias cada uno, en turnos de trabajo que inician a las
ocho de la mañana, y puede extenderse hasta las 12 de la noche, en
dependencia de la cantidad de casos.
El personal cubano, integrado por 27 especialistas, representa en
realidad una avanzada, porque para julio próximo se abrirán sendos
centros oftalmológicos en Puerto Cabezas y Bluefields, cabeceras de
las Regiones Autónomas del Atlántico Norte y Sur, respectivamente.
La colaboración de la isla caribeña se inscribe dentro de la
llamada Operación Milagro, un proyecto humanista y solidario impulsado
por los gobiernos de Cuba y Venezuela, y que en dos años de ejecución
ha ayudado a más de 600 mil latinoamericanos pobres.