En el Acuerdo del Consejo de Estado de la República de Cuba que
otorga la alta condecoración, con carácter póstumo, a propuesta del
Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, General de Ejército
Raúl Castro Ruz, se expresa "en reconocimiento a la actitud valerosa,
de rechazo y oposición a las demandas de tres agresores que lo
conminaban a que les entregara el arma con la que realizaba el
servicio de guardia en la unidad militar en que cumplía el Servicio
Militar Activo con buenos resultados, siendo ultimado con las
bayonetas de los fusiles que portaban los asesinos", el pasado 29 de
abril.
En representación de la institución armada, el general de brigada
Jorge Luis Méndez de la Fe, segundo jefe de la Dirección Política de
las FAR, puso en manos de Lorenzo Gutiérrez y Clara Hernández la
medalla, que fue aceptada con la humildad y entereza con que ambos
educaron al hijo.
Acompañaron a los familiares en la emotiva cita dirigentes del
Partido y el Gobierno en la provincia y el municipio; jefes y
oficiales del Ejército Oriental y compañeros de armas del combatiente
caído, estos últimos, encargados de entregar un cuadro alegórico al
severo oficio del tanquista y de un mensaje de aliento del resto de
los integrantes de la Unidad donde el joven sobresalió durante el
cumplimiento de sus deberes militares.
La ceremonia transcurrió con sobriedad, en correspondencia con la
sencillez de la familia Gutiérrez Hernández. Varias decenas de vecinos
compartieron los instantes de la entrega del reconocimiento e hicieron
visible el enérgico repudio a los autores del asesinato del soldado,
muy querido en la comarca.
Posteriormente, en un momento más íntimo, Lorenzo, su hijo Yoandry
y Oriol Hernández, hermano de Clara, recordaron que a su debido tiempo
cumplieron el Servicio Militar Activo y adquirieron la costumbre de
transmitirse, como hicieron con Yoendris, un mensaje de obligado
cumplimiento en la familia: el soldado no abandona el fusil, ni lo
entrega al enemigo.