BAGDAD, 11 de mayo.—
Otros cuatro militares estadounidenses murieron en ataques el jueves,
anunció el Ejército norteamericano.
Una patrulla de las fuerzas de ocupación en Bagdad fue blanco de
disparos con armas livianas durante una operación al sur de la capital
iraquí, donde fue ultimado uno de los uniformados, mientras otro
falleció y dos más fueron heridos cuando una bomba artesanal explotó
al paso de su patrulla por el este de esta ciudad.
También el viernes un efectivo pereció a consecuencia de las
heridas que sufrió el día anterior por una detonación durante una
incursión en la provincia de Diyala; en tanto, nueve resultaron
heridos en el ataque.
El mando militar yanki en la nación árabe se ha visto obligado a
pedir a sus hombres que combatan según las normas establecidas,
después de que una encuesta del Departamento de Defensa reflejó que
solo el 40% de los marines y el 55% de los soldados del Ejército
desplegados en Iraq dijeron que notificarían si un compañero hubiese
matado o herido a un civil iraquí.
Además, el sondeo evidenció que algo más de un tercio de las tropas
creían que la tortura debería permitirse, con el pretexto de obtener
información que pudiera salvar las vidas de efectivos estadounidenses
o saber más sobre la insurgencia iraquí.