En más de un 25 por ciento creció la superficie boscosa de la
provincia oriental de Santiago de Cuba en el pasado año, lo cual sitúa
hoy a esta región en favorables condiciones para su desarrollo
sostenible.
Más de dos mil 257 hectáreas se sumaron al patrimonio silvícola de
este territorio, que es el más montañoso del país con cerca del 70 por
ciento de su topografía con fisonomía irregular.
El sostenido programa de reforestación aplicado por el Estado
cubano como parte de su política medioambiental incluyó aquí la
plantación de especies frutales, mielíferas y con fines energéticos,
de acuerdo con una estrategia de explotación y conservación.
Sobresale en el panorama forestal de la provincia el
reverdecimiento de las fajas de sus 11 presas y 47 micropresas, así
como de sus ríos y arroyos, cuyos caudales resultan protegidos y
favorecidos por ese manto natural.
El ordenamiento de esas áreas boscosas, las atenciones
silviculturales y las medidas preventivas contra incendios se suman en
este empeño por salvaguardar y desarrollar ese pulmón determinante
para la vida vegetal, animal y humana.
La reserva de la biosfera localizada en la zona de la Gran Piedra-Baconao
y el área correspondiente a la cordillera de la Sierra Maestra, con el
Pico Turquino como mayor elevación de la isla, son dos de los más
valiosos puntos en la geografía de esta provincia del este cubano.