Con un desarrollo equilibrado y ascendente desde su creación en
1989 por René Baños Pascual, la propuesta de Sampling es mucho más
que el resultado de la creatividad colectiva: es un discurso que se
renueva constantemente con ingenio y sorpresa.
Hay en sus integrantes voluntades y emociones coincidentes y
complementarias surgidas de la necesidad de armonizar su singular
estilo de "arreglar" la melodía y concebir la imitación
instrumental.
Temas como Va llegando el almendrón, el calipso Banana
boat, Apretaíto, pero relajao, pusieron a los asistentes
a palmear, tal como suele suceder con las buenas orquestas de baile.
Con El cuarto de Tula, de Sergio González Siaba, y los
solos de trombón remedados por el propio René, el auditorio llegó al
borde del paroxismo. Al cerrar la entrega con el clásico del pop
Hotel California, el público no quería dejar ir a estos
excepcionales vocalistas cubanos.
Amanda construyó su espectáculo —realmente eso es lo que es—
sirviéndose de diferentes recursos teatrales y musicales, desde el
inicio, con Good morning, de Lennon y McCartney (versión
coral de Henrik Bergtrom), pasando por su entendido esfuerzo de
cantar en español Conoces un fuego que no dé calor, de
Roberto Valera y Juramento, de Miguel Matamoros (versión
coral de Electo Silva), entre otras aplaudidas obras.
Amanda no es un coro tradicional, más bien responde a criterios
performáticos. La actualización de su espectáculo se corresponde con
el carácter innovativo de estos cantores-actores, en función de un
proyecto artístico en el que mezclan elementos del rock, el pop y
otras corrientes contemporáneas, con la música clásica y folclórica,
asumido desde una ética humanista.
Esta entrega conjunta de Sampling y Amanda preludió la jornada
final del V América Cantat, que concluyó el fin de semana en el
teatro Amadeo Roldán.
En el ánimo de los participantes quedó la cálida recepción del
público cubano y las facilidades dispuestas para que los talleres
efectuados en el Palacio de las Convenciones lograran cumplir sus
cometidos.
Digna Guerra, presidenta del Comité Organizador, mostró
satisfacción por el clima de fraternidad e intercambio que predominó
en el evento y confirmó cómo el canto ha permitido la integración a
través de un lenguaje de paz.
La directora del Coro Nacional de Cuba, en nombre de sus colegas,
exhortó al movimiento vocal en el continente a poner su arte en
función de los derechos de los niños y los adolescentes en sus
países de origen.