Más de 10 escuelas internas en el campo de la provincia de Santiago
de Cuba son reparadas, con el propósito de mejorar las condiciones de
vida y estudio de los alumnos y elevar el proceso docente-educativo.
En el concentrado de centros de este tipo en el municipio de
Contramaestre se llevan a cabo las acciones constructivas y de
rehabilitación, las cuales se basan en solucionar problemas de
deterioro de los inmuebles.
Varios preuniversitarios, secundarias básicas y politécnicos ya
reciben los beneficios de las instalaciones adecuadas para el
abastecimiento de agua y el combustible para cocinar, el cual será gas
licuado, con el objetivo de propiciar calidad en la elaboración de los
alimentos e higiene en los comedores.
Las transformaciones incluyen la impermeabilización de las
cubiertas de las escuelas, con el fin de eliminar las filtraciones,
así como la sustitución de ventanas, puertas, mesas, sillas, taquillas
y otros medios básicos necesarios para los estudiantes.
Como parte del programa, esas instituciones contarán con bebederos
de agua fría y nuevas cámaras de refrigeración para la conservación de
productos alimenticios, además de modernas cocinas y utensilios de
gran empleo.
Gran parte de esas reparaciones se debe al esfuerzo de trabajadores
y habitantes de zonas aledañas a esos centros educacionales, que
también pondrán en práctica programas de la Revolución destinados a
garantizar cultura general integral a las nuevas generaciones.