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Cuba denunció hoy, ante el plenario de la Comisión de Derechos
Humanos, la acelerada aplicación por Estados Unidos del denominado
Plan Bush para la anexión de la isla.
El delegado cubano Rodolfo Reyes dijo que ello representa el
recrudecimiento de la política de hostilidad, agresiones y bloqueo
desarrollada por la actual administración norteamericana.
Puntualizó en su intervención que se trata de un agresivo programa
dirigido a la destrucción del orden constitucional refrendado por el
pueblo cubano y al restablecimiento del régimen de control neocolonial
impuesto a Cuba en 1902.
El propósito es acelerar lo que llaman cambio de régimen en nuestro
país y entre sus tareas estratégicas aparecen el incremento del
reclutamiento, organización y financiamiento a los mercenarios de su
política anticubana, añadió.
Igualmente, Reyes señaló como instrumentos para la aplicación de
ese proyecto estadounidense la promoción de campañas
político-diplomáticas contra Cuba en los distintos foros
internacionales, incluido el propio Consejo de Derechos Humanos.
Estados Unidos financia y compromete actores internacionales, como
las supuestas organizaciones no gubernamentales Liberal Internacional
e Internacional Demócrata de Centro, alquiladas para acreditar en este
Consejo a mercenarios de la mafia terrorista y de Miami, recalcó.
También adoptan medidas para escalar las acciones de bloqueo y
guerra económica y lo que llaman socavar los planes de sucesión del
régimen, describiendo requisitos a cumplir por el gobierno títere el
cual pretenden imponer, dijo.
Reyes explicó que, en julio del 2006, se hizo más evidente la
intencionalidad agresiva del Plan al calificarse de secretas muchas de
las medidas adoptadas, alegando razones de seguridad nacional y la
necesidad de garantizar su efectiva aplicación.
Estados Unidos quedó así con manos libres para la ejecución de las
más sucias disposiciones contra el pueblo cubano y la historia es
elocuente testigo de este tipo de acciones encubiertas que fueron
desde una agresión militar directa a intentos de magnicidio, planteó.
Se suman ahora agencias federales para perfeccionar la aplicación
del bloqueo y maximizar su efecto extraterritorial y el apoyo a la
guerra radioeléctrica con la aprobación de 80 millones de dólares
adicionales para el bienio y otros 20 anualmente a partir del 2008.
Recordó que se busca devolver propiedades nacionalizadas a
corporaciones transnacionales norteamericanas y representantes de la
antigua oligarquía criolla, la mayoría con ciudadanía estadounidense.
Se engañan quienes pretenden, desde Washington y Miami, retrotraer
a Cuba a un pasado de desalojos, desahucios y despojos, si piensan que
sería posible sin enfrentar una lucha de resistencia de millones de
cubanos hasta la última gota de sangre, agregó.