Este viernes se producirá en Beijing, capital china, una decisión
trascendental para el deporte de las bolas y los strikes, cuando se
elija al nuevo presidente de la Federación Internacional de Béisbol
(IBAF).
Paradójico resulta que sea la ciudad designada como próxima sede
olímpica del 2008 donde se realice este cónclave en un deporte
perteneciente al programa olímpico de verano que cesará después de
esa cita hasta que el Comité Olímpico Internacional (COI), mediante
votación de la mayoría, decida su reincorporación, pero nunca antes
de los Juegos del 2016, aun por otorgar.
Si el béisbol luchó durante años por incorporarse a la arena
olímpica, lo que logró plenamente en Barcelona’92, ¿cómo es que no
supo mantener su lozanía plena solo unos años después y al primer
intento de destronarlo por parte de otras modalidades aspirantes?
Al margen de que se trata de una interrogante con múltiples
respuestas, en este momento lo que se impone es unir fuerzas de cara
al futuro, haciendo de la IBAF una Federación más fuerte, que
responda a los intereses del béisbol en todas las latitudes.
Y si una de las batallas cercanas del béisbol sería la de su
retorno al seno de los Juegos Olímpicos de Verano, parece venir como
anillo al dedo que uno de los aspirantes a la presidencia sea nada
menos que miembro del COI.
El cubano Reynaldo González ostenta esa nominación, otorgada en
reconocimiento al alto valor cualitativo del deporte nacional,
además de tratarse de un reconocido hombre ligado al béisbol en los
últimos 25 años, que fue vicepresidente de la entidad, titular de la
Federación Cubana y actualmente dirigente de la Comisión de Ética de
la IBAF.
Resultaría muy saludable para la pelota que además de una
dirección colegiada pueda contar con una directiva en la cual estén
representadas diferentes opiniones y haya una representación
múltiple de las tendencias de los países desarrollados y no
desarrollados.
El béisbol profesional de Estados Unidos, igual a los equipos de
Grandes Ligas y la Asociación de Jugadores de esa entidad, apoyan al
Sr. Harvey Schiller, otro de los aspirantes a la presidencia de la
IBAF, mas de ser elegido se crearía un desbalance de intereses a
favor de un país con todas las posibilidades de decisiones, sobre
todo a partir de la creación unilateral el pasado 2006 del I Clásico
Mundial, evento que despertó mucha expectación en todos los países
beisboleros y que parece llamado a consolidarse con una segunda
edición en el 2009, siempre y cuando tienda a eliminarse el gobierno
absoluto del mismo por parte de los organizadores, dando paso a una
ordenación más colegiada en la que se escuchen las opiniones y
aportes de todos y que al final decida la mayoría.
Resulta incuestionable que en la tratativa de las directrices del
I Clásico, "bajadas de úcase" para todos los contendientes de otros
15 países, se produjeron luego muestras de flexibilidad tanto por
parte de Cuba con respecto a la aceptación de determinadas
condiciones, como de los organizadores, que eran funcionarios de
Grandes Ligas.
Pero no es procedente que determinados conceptos primarios queden
a la buena voluntad de unos y de otros. Es necesario
institucionalizar tanto los derechos como las obligaciones de cada
cual.
A esa comprensión solo nos puede llevar la existencia de una IBAF
con una dirigencia procedente de los países pobres, capaz de lograr
un equilibrio justo entre unos y otros.
No resultaría lógico que nos inclinemos por algo que constituya
un riesgo para el interés del deporte de aficionados presente en
varios, por no decir en todos los países que participaron en el
Clásico y como sucede con la mayoría de los países subdesarrollados,
en África y en otros de Europa, en los que el deporte de aficionados
es la fuerza principal.
El béisbol presenta en muchas naciones de nuestra región y del
mundo elevada calidad entre aficionados, con jugadores brillantes,
por lo que no deben crearse condiciones que permitan aplastar a esa
forma de deporte, sin mucho o ningún interés comercial, solo el
imprescindible para supervivir.
Tampoco podemos contribuir a que los países pobres continúen
convirtiéndose en subsidiarios de las Grandes Ligas, organización
cuyo objetivo es el de recibir a la gente de mayor calidad. Es
interés en muchos países que sus estrellas jueguen para su pueblo,
verlos desempeñarse en carne y hueso en los diamantes.
Por todas estas peculiaridades de fondo que están en juego es que
afirmamos que este viernes no se producirá una simple elección de un
presidente entre tres candidatos —añadan al holandés Theo Reitsma—,
luego del fallecimiento en julio último del italiano Aldo Notari,
quien desempeñaba esa función.
Es mucho más lo que está en juego.