Luego de sostener encuentros con
amigos y periodistas, así como con la Presidenta Michelle Bachelet,
el trovador cubano Silvio Rodríguez se prepara hoy para el primero
de cinco conciertos en Chile.
Interrogado por la prensa sobre el tema, el autor de Unicornio
azul, El necio y muchas otras canciones conocidas aquí a pesar de la
censura de la dictadura de Augusto Pinochet, alterna los ensayos con
el descanso.
Dijo que en vísperas de sus conciertos "como ligero, sólo bebo
agua mineral, descanso y leo mucho", agregando que cuatro o cinco
horas antes de subir al escenario se toma una aspirina.
En las últimas horas, también ensayó aspectos del espectáculo,
previsto para esta noche en el coliseo cerrado Arena Santiago de
esta capital, con capacidad para 15 mil personas.
Sus músicos acompañantes llegaron el miércoles de Lima, donde
tuvieron dos exitosas presentaciones después de 21 años sin que
Silvio visitara el Perú.
En esta cuarta visita a Chile, el popular cantante visitó durante
una hora a la Presidenta Bachelet en el palacio de La Moneda, a
quien le obsequió sus más recientes CDs y una obra original del
pintor cubano Roberto Fabelo.
La invitó, asimismo, a asistir a cualquiera de sus conciertos
(habrá tres en esta capital, uno en Viña del Mar y otro en Talca).
El trovador reveló que le había sugerido respetuosamente buscar
fórmulas para que los artistas internacionales que vengan a Chile
tengan que ofrecer, aparte de sus compromisos comerciales, también
un concierto gratis para el pueblo.
En otros momentos de su estancia aquí, manifestó que esa había
sido su intención al llegar a Chile, pero que no logró obtener apoyo
para su idea.
A los periodistas, les dijo: "es triste, pero parece más fácil
vender que regalar".
Silvio Rodríguez también asistirá, el día 5, a la inauguración de
la nueva sede de la Fundación Gladys Marín, en homenaje a la
fallecida luchadora comunista chilena, de quien el cantautor fue
amigo durante muchos años.
Sobre el repertorio que presentará esta noche, informó que se
trata de una especie de antología, porque recorre distintas épocas y
temáticas de su obra, algo que se había propuesto al cumplir 60 años
de edad.
En vísperas de sus conciertos, un agradecido intelectual
aprovechó un encuentro amistoso para decirle que sus canciones, que
llegaron aquí clandestinamente, de mano en mano, durante el régimen
de Pinochet, habían "ayudado a respirar a los chilenos".