— La legalidad de la agresión norteamericana contra Iraq continúa
sumando críticos luego que el Senado cuestionara la consistencia de
los argumentos presentados por el Pentágono para justificar el
conflicto bélico.
En ese sentido llama la atención de los estadounidenses la
suspensión del proceso contra el oficial Ehren Watada, quien se negó a
ir al frente de combate.
Watada sostiene que bajo la Constitución del país tiene el derecho
a rechazar una orden ilegal.
El militar es ahora un paradigma de la creciente oposición a la
guerra cada vez más visible en la opinión pública norteamericana.
La víspera, el senador Carl Levin, presidente del comité de
Servicios Armados del Senado acusó al mandatario George W. Bush de
usar información alterada para convencer a la opinión pública sobre la
necesidad de la guerra.
La anulación del proceso judicial contra Watada, por otra parte,
significa que el mes próximo tendrá un nuevo juicio, lo que hará que
el tema se mantenga en los espacios noticiosos de la nación.
Según analistas, la decisión del tribunal será severa para evitar
futuras deserciones en momentos en que crece la impopularidad de la
guerra, incluso, entre legisladores y generales.
Por las imputaciones de la corte, Watada pudiera enfrentar una baja
deshonrosa de las Fuerzas Armadas y cuatro años de prisión, la máxima
condena aplicada a un oficial desde la guerra contra Viet Nam.
Según sus argumentos, "no es una guerra de autodefensa, sino una
guerra escogida, para el provecho y la dominación imperialista".
Este viernes, en el Senado se escuchó un informe que calificó de
frágiles los análisis realizados por el Pentágono para justificar la
contienda bélica, en especial los presuntos vínculos del presidente
iraquí, Saddam Hussein, y la red terrorista Al Qaeda.
Los enfrentamientos en el Congreso se suceden entre partidarios de
Bush y los críticos al envío de más fuerzas a la nación árabe donde ya
murieron más de tres mil 100 uniformados.
Para los parlamentarios pareció evidente que en el informe del
inspector general del Departamento de Defensa, Thomas Gimble, se
muestra que las informaciones de seguridad difundidas por el propio
Pentágono eran de dudosa calidad y fiabilidad.
Por otra parte, la oposición demócrata continúa el forcejeo en el
Capitolio para intentar modificar el proyecto de presupuesto para el
año fiscal 2008, en el cual Bush incrementa las sumas para Iraq y
Afganistán a costa de programas sociales.