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Después de una tensa semana de negociaciones, el gobierno boliviano
alcanzó un importante acuerdo con cooperativistas mineros que allanó
el camino del proceso de cambios que vive el país, en tanto
nacionalizó una importante fundición.
Siento que nos hemos reconciliado, expresó el presidente Evo
Morales luego de sellada la tregua, que puso fin a más de siete días
de protestas obreras en contra de las modificaciones al Impuesto
Complementario de la Minería.
El mandatario agradeció la madurez de los dirigentes de la
Federación de Cooperativas Mineras (FENCOMIN) y prometió trabajar de
manera conjunta para evitar y resolver los problemas.
Como resultado de más de seis horas de diálogo entre ejecutivo y
manifestantes emergió un documento de seis puntos, en el que gobierno
y FENCOMIN se comprometieron a trabajar por el bienestar de la nación.
En el tema impositivo, el texto establece que todos los bolivianos
deben tributar para que el Estado pueda cumplir sus obligaciones
sociales.
Al respecto indica que cooperativistas y Estado entienden que se
debe democratizar el sistema impositivo, bajo el principio de
progresividad (el que más gana, más paga).
Asimismo, el sector cooperativo se comprometió a buscar junto al
gobierno mecanismos para mejorar la recaudación fiscal del sector
minero, sobre la base del documento emitido por una comisión
tripartita en su parte impositiva.
También se determinó que la representación del directorio de la
Compañía Minera Boliviana (COMIBOL) será proporcional.
Es decir, estará integrada por dos representantes de FENCOMIN,
igual número de representantes de la Federación Sindical de
Trabajadores Mineros de Bolivia y similar cifra del gobierno nacional.
Por otra parte, el Estado planificará, ejecutará e intervendrá en
la conformación de mecanismos de control para centralizar la
comercialización de los minerales, en base a estudios que beneficien
al país y las cooperativas mineras.
En su resolución para modificar el sector minero durante su segundo
año de mandato, Morales también decretó la nacionalización de la
planta de fundición de metales de Vinto, en el central departamento de
Oruro.
La empresa metalúrgica, hasta la fecha en manos de la firma suiza
Glencore International AG, era cuestionada por haber sido comprada por
el ex mandatario Gonzalo Sánchez de Lozada a la Compañía Minera del
Sur (COMSUR).
"Misión cumplida", señaló Morales al pueblo de Oruro, a los
sectores sociales y a todos los bolivianos, a los que prometió
recuperar los recursos naturales para beneficio de la nación andina.
Asimismo, explicó que el proceso de nacionalización de la minería
es irreversible y enfrenta problemas acumulados durante decenas de
años de neoliberalismo que no pueden ser resueltos en apenas un año de
gestión.
En el acto, el ministro de la Minería, Guillermo Dalence, posesionó
a la nueva dirección de la Planta de Vinto, al frente de la cual
ratificaron al ingeniero Juan Francisco Infante.