Central Carlos Baliño

 Azúcar orgánica ¿y que más ?

A sus renglones exportables la empresa suma ahora el fomento de áreas, también ecológicas, para abastecer la planta de deshidratar frutas allí montada

Juan Varela Pérez y José M. Correa (Fotos)
juan.pvp@granma.cip.cu

El central Carlos Baliño, de Villa Clara, ya no será solo fabricante cubano de azúcar orgánica. Apoyándose en la diversificación, y en su empeño de incrementar los renglones exportables que generen divisas, suma ahora la producción de frutas deshidratadas con mercado seguro y precios ventajosos.

Alejandro Navarrete, joven operador de caldera, feliz con las posibilidades que se abren para su centro.

Opinan sus dirigentes que la empresa enfrenta un proceso de transformación con infinitas posibilidades económicas. La llamada azúcar orgánica, uno de sus renglones exportables, mantiene ventajosos precios. Actualmente dispone de un mercado internacional conquistado y creciente.

Esta industria, del municipio de Santo Domingo, que por sus reiterados problemas e inestabilidad agrícola e industrial estuvo a punto de paralizarse, es hoy una entidad enfrascada en mejorar la operación, incrementar su eficiencia y cambiar la imagen de sus instalaciones y del batey. Ya son visibles algunos logros.

Para esta zafra la entidad tiene un plan de azúcar orgánica aún modesto, pero con perspectivas reales de incrementarse en los próximos años y llegar al cierre del quinquenio a las 8 000 toneladas métricas.

En la campaña precedente se produjeron 3 787 toneladas, volumen que marca un ascenso gradual —todavía no significativo— si se compara con los registros anteriores. Fueron cumplidas las normas de calidad, lo cual contribuyó a la estabilidad del mercado y aumentó la demanda.

La producción de este tipo de azúcar requiere sustituir insumos químicos que se emplean para el azúcar convencional, simplificar el proceso fabril, hacerlo más sustentable y disminuir el desperdicio energético que trae el cambio industrial.

Es obligatorio, además, obtener un producto que por sus características cumpla los requisitos para ser consumido, de forma directa, como alimento, según los códigos internacionales.

El ecológico es un mercado especializado dentro del sector alimentario, de mucha exigencia, que muestra un crecimiento muy dinámico a partir de los años 90, superior a la oferta. Aunque esa preferencia toma fuerza y se extiende hacia otros países, su mercado mayor radica en la Unión Europea.

Modesto García Bermúdez, director del Carlos Baliño, cañero-azucarero de oficio, afirmó que las demandas internacionales son cada vez mayores de un alimento muy cotizado en el mercado externo.

En la caña dedicada a esta azúcar los beneficios de campo se aplican mediante el tradicional cultivo desyerbe, limpia manual, con guataca o azadón.

Técnicos de una firma de reconocido prestigio internacional en la materia, la ECOSER, son los encargados de certificar luego de periódicas y a veces sorpresivas inspecciones, análisis, pruebas de suelo y el chequeo de los documentos de control, que esas plantaciones llevan no menos de tres años de estar libres de productos químicos. Evaluación por igual rigurosa, pero con otras características, se realiza en el ingenio. A no pocos países se les ha cancelado la certificación por violar las normas.

El precio de esa azúcar en el mercado internacional es favorable para la economía del colectivo, apunta García Bermúdez. Será mucho más, subraya, cuando seamos capaces de aumentar el rendimiento industrial, aprovechar al máximo el potencial de la caña, bajar los costos actuales y entregar un producto competitivo, que se distinga cada vez más por la calidad.

Ante la respuesta del colectivo y las perspectivas que se abren, el Ministerio del Azúcar, por vía del Grupo Empresarial de Villa Clara, dio un voto de confianza a la empresa al apoyar sus transformaciones.

Una inversión significativa de recursos se destina a los sistemas de riego; hay seis maquinas en explotación y otras cuatro se sumarán en las próximas semanas. El propósito es compactar la producción cañera y aprovechar al máximo tierras destinadas para este cultivo.

Nicolás Murillo Fonseca, jefe de mantenimiento del Carlos Baliño desde 1971, cree en la posibilidad de convertir al central, además, en una potencia energética si se fortaleciera esa área.

El programa de diversificación del Carlos Baliño incluye el montaje de una planta, de avanzada tecnología, para la producción (ya contratada) de frutas deshidratadas orgánicas, con mercado seguro en Japón y alta demanda en países europeos.

La instalación puede entregar, por su capacidad, hasta 40 toneladas de frutas al año para la exportación y asegurar una producción secundaria de pulpas y conservas para el mercado interno. El proyecto, que en fase de puesta en marcha realizó pruebas con carga satisfactorias, incrementa la posibilidad de empleo para mujeres que residen en la comunidad.

La garantía productiva está en los frutales que se fomentan (piña, guayaba, mango), en suelos no aptos para la caña con iguales exigencias de atención y cultivo que las plantaciones para producir el azúcar orgánico.

 

Entre los mejores en la actual zafra

Al cierre de enero el central Carlos Baliño se ubicaba, por la integralidad de sus resultados, entre los cuatro mejores del país. Solo le aventajan el 14 de Julio, de Cienfuegos; Panchito Gómez Toro, también de Villa Clara, y el Jesús Rabí, de Matanzas. Según la oficina de Comunicación Institucional, del Ministerio del Azúcar, este miércoles eran 36 los ingenios en zafra, ocho menos de los planificados para la fecha. Humedad en los campos de caña, que obstaculiza la cosecha, y la llegada tardía de algunos aseguramientos son las causas principales de los atrasos.

 

Crecer en caña e incrementar los rendimientos

Las unidades cañeras del Carlos Baliño —entre ellas la UBPC Bermejal— defienden hoy un principio básico: incrementar el rendimiento por hectárea y llegar a los niveles que necesitan el central y la provincia, ambos muy lejos del promedio estimado para esta zafra. La batalla por el alto rendimiento agrícola solo se habrá ganado cuando todos los campos y no una parte, tengan los beneficios y la atención necesarios. Joel Barrios Batle muestra un prometedor bloque de reposición, sembrado con calidad, beneficiado por el riego y donde es visible la alta población. Ahora sí vamos a tener caña, asegura, y podremos contribuir a que Villa Clara rebase ampliamente, en fecha no lejana, las 30 toneladas de caña por hectárea que proyecta la actual cosecha.

 

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