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La caravana Marcha Migrante prosigue hoy su recorrido por la frontera
entre Estados Unidos y México para el impulso de una reforma integral
a favor de los indocumentados en territorio norteamericano.
El director de la organización Angeles de la Frontera, Enrique
Morones, al frente del grupo, explicó que los pacifistas llegarán este
miércoles a los límites entre Coahuila y Texas, zona donde los
inmigrantes viven tragedias cotidianas.
Organizaciones humanitarias han pedido al presidente George W. Bush
y al legislativo la aprobación de una ley integral migratoria que
legalice a 11,2 millones de indocumentados, que fueron a territorio
norteamericano en busca de oportunidades de trabajo.
Los inmigrantes sufren discriminación y se les niega incluso el
acceso al estudio y empleo en el país, en tanto que la legislación en
diversos estados les prohíbe hasta alquilar viviendas en esas
demarcaciones.
Durante su recorrido iniciado el fin de semana último, los
pacifistas denunciaron que por impedimentos de la Patrulla Fronteriza
la brigada no pudo colocar en puntos de El Paso, Texas, parte de las
cuatro mil 400 cruces que proyectan en su itinerario.
Las señales se sitúan en diversos sitios como recordación de los
miles de indocumentados muertos en la frontera, de los cuales sólo
queda el recuerdo y ni siquiera su nombre.
Según Morones, los caravanistas —sin precisar su número— viajan en
25 vehículos y se entrevistaron con indocumentados y líderes
religiosos y de derechos humanos, con la finalidad de obtener
información y testimonios sobre el trato a personas sin papeles.
Un documento, que contendrá esos datos, será presentado ante el
Congreso estadounidense próximamente para que éste lleve adelante el
anunciado proyecto de reforma, manifestó.
La caravana, que prevé hacer un recorrido de siete mil 500
kilómetros a lo largo de la frontera, llegará a su punto más extremo
en Brownsville el 9 de febrero venidero, donde convergen los estados
de Texas y Tamaulipas.