Acordonamos el área en torno a la Agencia de Permisos para Vehículos y Conductores (DVLA, por sus siglas en inglés) y evacuamos a los vecinos cercanos al lugar del incidente, en la ciudad galesa de Swansea, indica un informe de la Policía.

El estallido es el tercero en esta semana, pues el pasado lunes un artefacto similar detonó en la sede de la empresa Capi Comercial Service, en la capitalina avenida Victoria, y otro ayer en un centro de negocios en Wokingham, en la región inglesa de Berkshire.

Tras el primer incidente, una empleada de Campi Comercial Service, creada en 1984 y con más de 26 mil empleados en varios países, recibió lesiones leves.

En el segundo caso, ocurrido en la oficina de la compañía de servicios comerciales Vantis, dos hombres resultaron heridos.

De acuerdo con la prensa local, el paquete-bomba estaba dirigido al departamento de servicios de cámaras de velocidad de la policía de tránsito, pero en su lugar fue enviado al servicio de contadores, donde ocurrió el estallido.

La DVLA, con cuatro mil empleados, recoge 25 millones de pagos cada año de propietarios de vehículos, deseosos de ingresar a esta capital.

Medios de difusión británicos especulan que las explosiones pueden ser obra de un conductor disgustado por la amplia distribución de cámaras de vigilancia en las carreteras nacionales para detectar a los infractores.

La Campi Comercial Service también se dedica al diseño y administración de un sistema de cobro de impuestos a los conductores.

El ministro británico del Interior, John Reid, calificó de preocupantes esas detonaciones, sin embargo, consideró que la policía debía trabajar sin presiones y recomendó evitar las especulaciones por el momento.