Febrero, en términos deportivos, es el más popular de los meses del calendario cubano. Y es que el mes más corto alberga al evento que más territorio abarca: la Vuelta Ciclística a Cuba, única que prácticamente toca las puertas de los hogares, algunos convertidos en verdaderas graderías para disfrutar de un cerrado final o del colosal esfuerzo por vencer una meta de montaña.

La XXXII edición del giro cubano recorrerá 1 890 kilómetros y pasará por 72 de los 169 municipios. la Vuelta convoca a un esfuerzo integrador de la sociedad, donde intervienen muchos organismos centrales del estado, entre los que se distinguen el Ministerio de Transporte y su Dirección de Vialidad (en la puesta en óptimas condiciones de las carreteras); el Ministerio de Salud Pública, el Ministerio de Informática y las Comunicaciones, el Ministerio del Interior, el Ministerio de Turismo, y las Asambleas Provinciales y Municipales del Poder Popular, entre otros.

"Las provincias van ganando en experiencia organizativa y corrigen de un año a otro lo que no quedó bien. Esperamos que la ya cercana versión sea otro gran éxito para el pueblo y al propio tiempo cumplir con la primera fase de preparación de nuestros ciclistas en un año de compromisos tan difíciles como los Juegos Panamericanos de Río de Janeiro", expresó José Peláez, presidente de la Federación Cubana y de la Confederación Panamericana.

En la cita continental brasileña el evento de ruta cuenta con un trazado mayoritariamente plano, como la Vuelta a Cuba, de manera que servirá de tempranero modelaje.

Preguntado por el crédito de la Vuelta en el ámbito internacional, Peláez dijo que "nuestra carrera goza de prestigio, los corredores extranjeros se sienten a gusto por la hospitalidad y la organización. Muestra de ello son los nueve países (con 10 equipos, pues México trae dos) que estarán con nosotros, y la posibilidad de que esa cifra siga creciendo".

El estadounidense Todd Herriot, uno de los seis extranjeros ganadores del giro y cuyo país no estará presente porque el Gobierno de la Casa Blanca lo impidió, expresó al vencer en el 2003: "Es el triunfo más importante de mi carrera deportiva, y fue muy bonito volver a competir en este país, del que siempre me llevo una grata impresión. Me voy muy feliz y con todo el cariño que me profesó este pueblo de gente bella. Es cierto que las relaciones entre Cuba y Estados Unidos son difíciles, pero cosas como este giro nos ayudan a acercarnos".