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Urgidos por Estados Unidos, los cancilleres de la OTAN discuten hoy
aquí el fortalecimiento de la campaña militar común en Afganistán, en
previsión de una ofensiva de la resistencia.
En la reunión extraordinaria citada por Washington se aborda
también el papel de la Alianza en Kosovo, provincia serbia gestionada
por Naciones Unidas a la que ésta se propone otorgar la independencia,
aunque condicionada.
Antes del encuentro, la secretaria de Estado norteamericana,
Condoleezza Rice, anunció un aporte de 10,5 mil millones de dólares
suplementarios en dos años para sustentar la ocupación del país
surasiático.
La suma es significativa si se tiene en cuenta que Estados Unidos
ha invertido hasta el momento 14 mil millones de dólares para sostener
su esfuerzo belicista y al gobierno afgano que encabeza Hamid Karzai.
También hizo saber que tres mil 200 de sus soldados en plan de
rotación permanecerán por otros cuatro meses en el país. Washington
mantiene 23 mil militares en el país, más que todos sus aliados
juntos, de los que urge un aporte mayor, ya que algunos incumplen.
De los países contribuyentes con tropas, algunos como Italia, han
decidido no incrementar el número de sus efectivos. Los mandos de la
Alianza consideran que falta un completamiento de tropas del 15 por
ciento para un adecuado desarrollo de las operaciones anti-talibán.
Washington considera que la resistencia aprovechará la llegada de
la primavera (boreal) para intensificar su ofensiva contra el gobierno
y la ocupación foránea. Las acciones rebeldes alcanzaron en 2006 un
nivel sin precedentes, con un total de 140 atentados suicidas.
La OTAN se involucró en la ocupación a partir del verano (boreal)
de 2003 cuando asumió el mando de la fuerza internacional de
asistencia a la seguridad de Afganistán (ISAF), y hoy está presente en
toda la geografía local.