Un compromiso alcanzado en 2006 daba por sentado que El-Beshir tomaría la conducción de la UA en el corriente, pero en aquel momento se pensaba que la situación en la provincia sudanesa de Darfur sería diferente a la de la actualidad.

Los esfuerzos por estabilizar y pacificar la zona no han concretado nada, mientras la población sigue viviendo un infierno cruzada entre dos fuegos: la de los efectivos gubernamentales y la de los integrantes de facciones insurgentes.

Las esperanzas de llegar a una solución negociada favorable a todos, comenzaron a diseñarse en mayo pasado cuando aceptó el alto el fuego una de las tres agrupaciones en beligerancia contra el gobierno.

Se esperaba que los otros dos grupos de alzados cedieran en las negociaciones y se pusiera fin al conflicto que el próximo mes cumplirá cuatro años.

Sin embargo, tanto el Movimiento por la Igualdad y la Justicia (MIJ), así como una división del Ejército de Liberación de Sudán (ELS), continúan enfrentando a los efectivos gubernamentales que incluso han respondido con bombardeos, según fuentes en esta capital.

Esam el-Din al Hajj, del ELS, indicó que si Sudán se convierte en titular de la UA, entonces la misión de ésta última habrá tomado partido por el gobierno de Omar El-Beshir y la combatiremos, apuntó.

A su turno, Jar el-Neby, jefe de una parte de este grupo armado que colabora con el organismo continental, aseguró que seguirá apoyando a los efectivos de la entidad regional.

"No habrá diálogo alguno si Jartum asume la guía de la Unión Africana, acotó el-Neby, es algo que rechazamos, porque sabemos que esa decisión traerá un fracaso para Darfur".

El canciller sudanés, Lam Akol, afirmó, por su lado, que la asunción de su país a la dirección de la UA se acordó el año pasado y nadie puede cambiar esa designación, aunque algunos diplomáticos aquí dicen que el trato fue solo en principios.