Controversia bushiana

DEISY FRANCIS MEXIDOR
Francis_mexidor@granma.cip.cu

Aún sin comenzar su construcción, a un costo aproximado de 500 millones de dólares, la futura biblioteca que recordará el "legado" del actual gobernante estadounidense George W. Bush ha suscitado un buen número de críticas, entre ellas la de profesores de la Universidad que se oponen a la guerra en Iraq.

Según la tradición, que viene desde la presidencia de Franklin Delano Roosevelt, los mandatarios norteamericanos ordenan la construcción de una biblioteca o museo donde se guardarán los documentos y recuerdos de su gestión en la Casa Blanca, lo cual generalmente se hace en los estados de donde son originarios.

Por eso, al acercarse el final del segundo periodo presidencial de Bush comienza a pensarse en el propósito. Por un lado los escasos partidarios del proyecto quieren levantar el edificio en los predios de la Universidad Metodista del Sur, en Dallas, Texas, donde fue gobernador, pero por el otro no pocos opinan que de consumarse el hecho sería un escándalo que dañaría la reputación del centro.

Tan airada es la protesta que ante el anuncio del comité de selección acerca del inicio de las conversaciones para los trámites constructivos, alrededor de 70 teólogos, profesores y miembros del claustro docente, invitaron a las autoridades universitarias a hacer memoria acerca de "las malas calificaciones" de Bush cuando este fue alumno.

El proyecto en ciernes, además de la biblioteca y el museo, incluirá un instituto de política que no responderá a la universidad sino a la Fundación Bush.

¿Y con qué van a llenar las estanterías?, es la pregunta. Pues, nada, al parecer habrá de contratarse a académicos conservadores dispuestos a escribir documentos y libros favorables a la política del mandatario.

Lamentablemente, Bush se cuenta entre los tres mandatarios con más bajos índices de popularidad de la historia de Estados Unidos, y a las malas calificaciones sobre su gestión, incluido el descalabro de la guerra en Iraq, se unen sus deficientes aptitudes como orador, amén del rechazo por la lectura, con lo que clasifica también entre los presidentes con menos dotes intelectuales. Entonces, ¿cuál podría ser su legado?

En tono irónico Sam Boyd, un veterano de la guerra de Viet Nam, ha dicho que una vez que se complete la construcción de la biblioteca, el edificio "será el objetivo número uno de los terroristas en el mundo"; sin embargo, Deborah Lewis, una lectora del diario The Fort Worth Star-Telegram, fue más directa al escribir que si Dallas es ya famosa por el asesinato del presidente John F. Kennedy en 1963, ahora "probablemente lo será por honrar al peor presidente".

 

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