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La dimisión del jefe de las Fuerzas Armadas israelíes, general Dan
Halutz, podría iniciar un proceso de cambios que afecte al primer
ministro, Ehud Olmert, y al titular de Defensa, Amir Peretz,
coincidieron hoy medios de prensa.
La renuncia, tras la guerra desatada el pasado año contra el sur de
Líbano, creó un ambiente favorable para que desde el bloque opositor
derechista Likud se afirme que "comenzó el fin".
Halutz abandonó el cargo bajo críticas de políticos respecto a que
el ejército no logró los objetivos previstos en la región meridional
libanesa, destruir al Hizbala (Partido de Dios) y recuperar a dos
soldados capturados.
La invasión del pasado año cercenó las vidas de centenares de
residentes, la mayoría civiles, en este país árabe y no afectó la
capacidad combativa del brazo armado del Partido de Dios.
Figuras del Hizbala evaluaron que la salida del responsable militar
israelí constituye un importante triunfo estratégico de su
organización.
En tanto, destacamentos palestinos asociados al Movimiento de la
Resistencia Islámica (Hamas) y los Comités Populares de la Resistencia
califican también de victoria de su causa la dimisión de Halutz.
Un comunicado castrense notificó que el general permanecía en
servicio "mientras terminaban las investigaciones y concluía un plan
de acciones para 2007".
Por su parte, la oposición en el Parlamento presiona para que
Olmert y Peretz también renuncien.
Según analistas, Olmert podría ser sacrificado por su Partido
Kadima y Peretz por el Laborista, para detener la erosión del respaldo
electoral israelí, que beneficiaría al Likud.
También la posible implicación en un caso de corrupción es un
espectro que persigue al primer ministro, algo decisivo para su
carrera política y que podría saltar ahora al primer plano.
Con la dimisión de Dan Halutz afloró otro tema delicado, la
desconfianza en el interior del ejecutivo, según interpretaciones
difundidas este jueves por el diario israelí Maariv.
La carta de renuncia del jefe de las Fuerzas Armadas fue presentada
por el general directamente al primer ministro y no al titular de
Defensa, como está reglamentado.