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Mientras el primer ministro británico, Tony Blair, se apresta a
recibir hoy a la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza
Rice, varios titulares del gobierno laborista arremetieron contra la
agresión a Iraq.
La responsable de la cartera de Cooperación Internacional Hillary
Ben señaló que la situación actual en el país árabe es completamente
macabra, por lo cual, dijo, es necesario ser claro respecto a esa
verdad.
"Miren, la Inteligencia estaba equivocada y el despliegue del
ejército también, por lo cual debemos tener la humildad de admitir
esas cosas y aprender de ellas", apuntó Ben, según la versión digital
del diario The Guardian.
Por su lado, el ministro para asuntos de Irlanda del Norte, Peter
Hain, declaró al diario New Statesman que la política de los
neoconservadores estadounidenses fracasó.
"No sólo fracasó en ofrecer una política internacional correcta,
sino que, además, falló en donde quiera que se intentó", subrayó Hain,
quien recordó que esa línea recibió un puntapié en las elecciones de
medio término norteamericanas, en noviembre pasado.
Hain admitió que Londres debió lidiar con una de las
administraciones más derechistas de la "historia que se recuerde de
Estados Unidos".
Asimismo, James Purnell, considerado un ministro en pleno ascenso,
estimó que la invasión anglo-norteamericana contra el estado árabe
careció de una legitimidad moral.
Existen muchas lecciones que debemos aprender sobre Iraq y resulta
muy importante para nosotros reconocer eso públicamente, declaró. En
términos de política exterior, necesitamos aprender de los errores
cometidos, agregó.
Para Purnell, la más importante lección es que siempre se debe
tener en cuenta la importancia de la legitimidad moral y el apoyo
internacional, en clara alusión al carácter unilateral de la agresión.
La operación de Estados Unidos y Gran Bretaña contra la nación del
Golfo Pérsico, en marzo del 2003, fue lanzada sin el visto bueno del
Consejo de Seguridad de la ONU y bajo el pretexto de incautar armas de
destrucción masiva.
Mientras, la titular de Asuntos Domésticos Yvette Cooper, cercana
al ministro de Economía Gordon Brown y considerada una posible
reemplazar este año a Blair, sugirió que el argumento en la guerra
contra Bagdad estuvo equivocado.
The Guardian comenta que las manifestaciones abiertas contra la
acción bélica en el estado árabe son un adelanto de lo que puede pasar
en caso de la renuncia anticipada del jefe de Gobierno laborista.
El periódico estima que, a diferencia de Blair, Brown podría
disponer una investigación sobre la preparación y conducción de la
invasión y posterior ocupación de Iraq.