.— Tras el éxito de una iniciativa
para construir viviendas populares en un barrio pobre con trabajo de
los vecinos, la organización Madres de Plaza de Mayo ganó una
licitación pública para un proyecto de mayor envergadura.
El abogado Sergio Schoklender, miembro de esa organización,
confirmó hoy al diario La Nación esta noticia y explicó que se trata
de un programa lanzado por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires
para edificar 450 viviendas populares en el sureño barrio de Villa
Soldati.
Una fuente del ejecutivo porteño indicó que el proyecto de Madres
ganó porque presentó la mejor oferta en cuanto a precio, superficie de
las casas por construir y tiempo de ejecución que será de seis meses e
incluye uno o dos escuelas, jardín materno, iluminación y calles.
Técnicos de la Universidad Popular Madres de Plaza de Mayo, fundada
por la organización homónima, idearon los planos, con un presupuesto
total de 24 millones de pesos (cerca de ocho millones de dólares), y
el sistema constructivo es el denominado en seco, de poco uso en el
país.
La concepción del programa es que el 90 por ciento de quienes
laboren sea de la misma Villa Los Piletones, un conglomerado marginal
en precarias condiciones.
Los apartamentos diseñados tienen tres dormitorios, sala-comedor-
cocina y dos baños y serán entregados a los habitantes del lugar
mediante una renta mensual baja, aún por precisar.
Madres decidió participar en la licitación tras la positiva
experiencia de la construcción, aún en marcha, de 70 casas en ese
mismo barrio de Villa Soldati, un área marginal denominada Villa 15 en
la localidad conocida como Ciudad Oculta.
En ese lugar se está culminando un emprendimiento encabezado por la
organización que reclama justicia y castigo para los autores de la
represión que causó 30 mil desaparecidos en Argentina, entre ellos sus
hijos, su principal motor de lucha desde 1977.
Allí se iniciaron las obras con el concurso de los vecinos, quienes
serán los beneficiarios del plan y, al calor del trabajo, se
realizaron cursos de capacitación en tareas constructivas para los
participantes, quienes serán el pilar para el programa de las próximas
450 casas.
"Las Madres piensan —dijo el abogado Schoklender a La Nación— que
si bien es importante perseguir a los represores, delegan esa tarea en
sus abogados y están concentrando sus esfuerzos en la educación, en la
construcción de escuelas y en la creación de trabajos genuinos".