El senador Edward M. Kennedy, de Massachusetts, introdujo un proyecto de legislación para obligar al presidente George W. Bush a conseguir la aprobación de las cámaras parlamentarias antes de incrementar el número de efectivos.

Los opositores a la Oficina Oval pretenden iniciar un debate político en torno a la propuesta ejecutiva, al tiempo que la nación espera este miércoles el discurso de Bush con el anuncio de la activación de unas seis brigadas de combate.

El nuevo contingente militar se sumaría a los 150 mil soldados norteamericanos desplegados en el país árabe, una cifra de unidades invasoras que ha ido en aumento desde el comienzo de la agresión en marzo de 2003.

El voto del Senado sobre la escalada en Iraq está previsto para la próxima semana, después de una ronda de audiencias legislativas por medio de las cuáles los demócratas prevén examinar las eventuales consecuencias de un incremento de tropas.

Nosotros creemos que varios republicanos respaldarán nuestros argumentos sobre Iraq. Es decir, nada de alza de efectivos, comentó el líder de la mayoría en el Senado, Harry Reid.

Realmente opino que ambos partidos podemos lograr un acercamiento, una fórmula de compromiso, para intentar detener esta iniciativa del Presidente sobre la ampliación de los efectivos, agregó el demócrata de Nevada.

Por su lado, la Casa Blanca envió a Frederick Kagan, un analista militar vinculado al Pentágono, a intentar convencer al Comité de la Política Republicana sobre el plan de aumento de tropas.

Pero los correligionarios de Bush admitieron es probable que al menos 10 de sus propios parlamentarios se opusieran al nuevo programa bélico del mandatario tejano.