Bagdad,
5 de enero.— Mientras el presidente estadounidense, George W. Bush,
anunció que para la próxima semana dará a conocer la nueva estrategia
para Iraq, sus soldados siguen muriendo aquí como consecuencia de los
enfrentamientos con la resistencia.
Este jueves resultó abatido uno de los uniformados mientras
realizaba labor de patrullaje al oeste de esta capital, informó en un
comunicado el comando central de ocupación.
El militar fue alcanzado por disparos de armas ligeras y pereció al
instante, refiere el parte del ejército difundido hoy.
Con este, son dos los norteamericanos caídos en este país árabe en
los primeros cinco días del nuevo año, luego que finalizara diciembre
con 115 soldados y oficiales abatidos, la tercera mayor cifra desde el
inicio de la guerra en marzo del 2003.
Solo fue superado por abril del 2004, con 135, y noviembre del
propio periodo con 137, según datos del Pentágono.
En los casi cuatro años de contienda bélica han muerto 3 006
estadounidenses y más de 22 000 fueron heridos, en su inmensa mayoría
en enfrentamientos armados con la insurgencia.
La muerte del militar ocurre en medio de las expectativas por el
anuncio de Bush la víspera de que dará a conocer la semana próxima la
nueva estrategia a seguir en Iraq, a fin de intentar controlar la
ingobernabilidad que prevalece en la nación del golfo Pérsico.
Para la mayoría de los entendidos, el mandatario desoirá las
recomendaciones del grupo de expertos que sugirió, entre otras cosas,
la reducción y retiro paulatino hasta el 2008 de los 150 000
uniformados desplegados aquí.
El criterio coincidente generalizado es que el inquilino de la Casa
Blanca podría incluir entre sus propuestas el envío de más fuerzas a
Iraq, cifra que se maneja entre 20 000 y 30 000 militares. (PL)