El secretario general de la ONU,
Kofi Annan, lamentó hoy que el espíritu de solidaridad entre las
víctimas del tsunami de hace dos años en países del océano Indico haya
sido imposible mantenerlo en Sri Lanka.
En Aceh, Indonesia, e inicialmente en Sri Lanka, la solidaridad
entre las víctimas, más allá de las líneas políticas, nacionales y
étnicas "nos dieron ejemplo de armas convertidas en herramientas de
trabajo", expresa un mensaje del diplomático ghanés.
Sin embargo, señala el comunicado, emitido cinco días antes de que
Annan concluya su trabajo al frente de la ONU, ese espíritu no se ha
mantenido en Sri Lanka, donde por el contrario ocurre una espiral de
tensiones y conflictos abiertos.
"Esa espiral de tensiones y conflictos, que durante años ha
provocado gran miseria y destrucción, se ha reiniciado en Sri Lanka",
subraya.
El Secretario General saliente dice estar profundamente desalentado
por este giro de los acontecimientos y recuerda a las partes
involucradas su obligación de respetar los derechos humanos y la ley
internacional.
Particularmente insistió en el deber de proteger y permitir el
acceso a la población civil.
Annan recuerda que en los últimos ocho meses casi 215 mil
srilankeses han sido desplazados dentro de esa isla del océano Índico,
unos 16 mil han buscado refugio en India y otros 120 mil se mantienen
fuera de sus hogares a consecuencia del tsunami.
Todo este panorama representa un gran desafío para la comunidad
humanitaria de Sri Lanka, donde un día como hoy hace dos años más de
35 mil personas murieron por el tsunami.
Más de 67 mil personas, tres mil de ellas el último año, han sido
víctimas de este conflicto con más de dos décadas de existencia.
Por último, Annan llama al cese inmediato de hostilidades, el
retorno al proceso de paz y asegura que la comunidad internacional
puede detener este conflicto, que amenaza una vez más con atrapar al
pueblo de Sri Lanka.