El presidente estadounidense, George W.
Bush, sostendrá hoy una reunión con el Consejo de Seguridad Nacional
para discutir un plan sobre la nueva estrategia de guerra en Iraq,
donde las tropas estadounidenses se encuentran empantanadas.
Todo parece indicar, según analistas, que en la Casa Blanca gana
terreno la idea de aumentar el número de efectivos militares en suelo
iraquí, pese a la compleja situación en ese país árabe, en el que han
muerto poco menos de tres mil soldados estadounidenses desde 2003.
En ese sentido, el secretario de Defensa, Robert Gates, informó
este fin de semana a Bush que los principales comandantes en Iraq,
George Casey y Raymond Odierno, aprueban el incremento de fuerzas
militares en esa nación del Golfo Pérsico.
Al igual que Casey, el general Jhon Abizaid, comandante destacado
en Medio Oriente, sostenía con anterioridad que un aumento de la
presencia de uniformados en territorio iraquí contribuirá a
profundizar el rechazo del mundo islámico hacia Estados Unidos.
Washington mantiene en Iraq más de 140 mil soldados, a los que se
sumarían de 10 mil a 30 mil si el gobierno aprueba enviar refuerzos.
Una encuesta del Instituto Novatris Harris arrojó que el apoyo a la
política de Bush en Iraq disminuyó a cerca del 25 por ciento, una de
las más bajas de un presidente en la historia militar de Estados
Unidos.
Como parte del manifiesto rechazo al plan de Bush en Iraq, varios
militares y congresistas demócratas exigen el retorno a casa de las
tropas de ocupación, las cuales han incurrido en gastos de 379 mil
millones de dólares hasta la fecha.
Cuando esa cifra podría elevarse a 500 mil millones de dólares, el
senador demócrata por Michigan, Carl Levin, quien presidirá la
Comisión de Servicios Armados, anunció que investigará "el derroche,
el fraude y el abuso" en los contratos militares en Iraq.
El diputado demócrata por Pennsylvania, John Murtha, quien
presidirá la subcomisión de Asignaciones de Diputados, manifestó que
secundará a Levin en ese empeño.
En los primeros meses de 2007 realizaremos auditorías sobre el
gasto militar en suelo iraquí para saber con exactitud que pasó con
esos fondos y quienes son los responsables de estos errores, precisó.
Por su parte, el senador demócrata Christopher Dodd, quien aspira a
disputar por su partido la candidatura presidencial, exigió la víspera
la retirada de las tropas estadounidenses en Iraq.
Dodd, integrante del Comité de Relaciones Exteriores del Senado,
dijo al diario The Des Moines Register, de Iowa, que la estrategia de
guerra norteamericana en territorio iraquí carece de sentido y por
tanto llegó la hora del repliegue de los militares.
Ante una creciente expectativa de la opinión pública, el presidente
Bush espera dar a conocer la nueva estrategia bélica en Iraq en los
primeros días de enero próximo.