Cuando se revisa la más reciente edición, notablemente ampliada y
enriquecida, del libro Absuelto por la Historia (Oficina de
Publicaciones del Consejo de Estado), se tienen dos rotundas
evidencias: el alcance universal de la dimensión política, ética y
humana de Fidel Castro para sus contemporáneos, y la indiscutible
validez de las ideas que él, junto a su pueblo, han defendido y
llevado a la práctica como una de las experiencias más luminosas y
desafiantes de nuestra época.
Más de 500 juicios, opiniones y análisis aparecen en este libro que
fue creciendo y armándose sucesivamente a lo largo del último lustro,
en el cual Luis Báez, autor de la iniciativa y contumaz rastreador en
el oficio que ejerce con sagacidad y maestría, logró cosechar una
impresionante cantidad de testimonios —una cifra considerable
aportados en exclusiva para el volumen— sobre la vida, la obra y la
significación del líder de la Revolución cubana.
La mayor singularidad del muestrario radica en su diversidad
convergente. Cubanos y extranjeros, políticos e intelectuales,
científicos y deportistas, empresarios y diplomáticos, hombres y
mujeres, creyentes y ateos, amigos y adversarios, gente comprometida
con ideas sociales renovadores e individuos aparentemente marginados
de los debates ideológicos, ofrecen una visión poliédrica de Fidel que
trasciende las coyunturas y se proyecta más allá del tiempo.
Al término de la lectura, el examen de conciencia sobrepasa los
contornos de la indagación: Fidel no es solo nuestro, se multiplica
por las avenidas del mundo. Se llega a la certeza objetiva, sin que
medien ditirambos apologéticos ni artificiales e infructuosas
alabanzas, de que el protagonista de estas páginas es, como señala
Báez, "una bandera y un símbolo de la humanidad".