La incorporación de estudiantes sordomudos y con pobre desarrollo
sicomotor a la enseñanza media constituyó un logro de la Educación
Física en el sistema educacional en Cuba.
La experiencia de Ramón Domínguez Alfaro, profesor de la
secundaria básica Moputo, del municipio habanero del Mariel, es un
ejemplo de la reinserción de alumnos discapacitados, mediante la
interacción grupal cooperativa.
Domínguez Alfaro mereció el Gran Premio Anual de Investigación
que se otorgó en el Taller Científico Metodológico del Deporte, que
se celebró en la provincia de Ciego de Avila, a unos 450 kilómetros
de La Habana.
El autor, también Máster en Didáctica de la Educación Física
Contemporánea, dijo que para ello llevó a la comunidad y la familia
la práctica del ejercicio físico vinculada con otras materias que
los estudiantes reciben en sus clases.
Agregó que esta relación permitió que tanto los padres como los
hijos descubrieran que tenían potencialidades para adquirir
conocimientos aun sin explotar y conocieran al mismo tiempo más del
ser humano, sus dificultades y las tantas alternativas que se pueden
buscar para solucionarlas.
De igual forma contribuyó a que pioneros con otras enfermedades
como el asma practicaran la ejercitación y buscaran vías de
relajamiento cuando sufrieran una crisis respiratoria.
La propuesta metodológica cubana incentivó la solidaridad, el
respeto, la ayuda mutua, el papel creativo, la importancia de la
convivencia. Ciego de Ávila fue sede, además, del Concurso Nacional
de Clases de Educación Física en los niveles de primaria, especial,
media básica y superior. (