El niño Viciedo, listo a permutar la cuna

Texto y foto: José A. Fulgueiras

SANTA CLARA.— El niño Dayán Viciedo entra en su tercer año en la pelota nacional cubana con el abierto propósito de permutar la cuna juvenil por la camera del equipo Cuba.

"Aspiro este año a sobrepasar los 14 jonrones, elevar mi promedio ofensivo (337 en la Serie anterior) y optimizar la defensa, y de esa forma ayudar a mi equipo naranja a ganar el campeonato y buscarme un puesto en la selección nacional", reveló a Granma el corpulento atleta villaclareño.

A Viciedo, de 17 años de edad y el número 10 en la espalda, le enorgullece que lo comparen con Omar Linares. "Es mi ídolo, pero lo que él hizo ya está hecho y lo mío está aún por hacer".

Prefiere la tercera almohadilla, aunque, "siempre es bueno jugar otras posiciones, y me siento bien en los jardines, principalmente en el derecho, donde más me he desempeñado".

Fue lanzador en su etapa escolar y juvenil, con envíos sobre las 90 millas, pero "solamente volvería al montículo si no diera nada como bateador. Lo de pitcher aún no lo tengo en la cabeza".

Viciedo fue invitado al entrenamiento del equipo Cuba para el Clásico Mundial de Béisbol y exhibió un alto rendimiento en la preparación, con promedio de bateo por encima de los 400 de average.

"Un gran estímulo que me invitaran. No me defraudó el no hacer el equipo, porque yo aún era de la categoría juvenil. Fue un orgullo para mí estar entre esos estelares peloteros, lo mío era ir allí y hacerlo bien y pienso que lo logré."

A pesar de ser un furibundo bailador de reguetón, tiende a engordar fácilmente. "Realicé este año un riguroso entrenamiento y ya ando cerca de los 95 kilogramos, que es mi peso correcto".

Dayan Viciedo, quien en esta Serie Nacional supera los 360 de average, aún conserva en sus dedos las marcas de la pita del último trompo que bailó, y evoca con nostalgia su "puntería" en los juegos de bola callejeros en su natal Remedios.

Mantiene aún las facciones de niño tímido y la mirada cándida del infante escurridizo. Mas, los pitchers aseguran que madero en mano, es otra cosa: Adquiere poses de adulto, y se le transforma el rostro en el de un hombre para respetar.

 

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