SANTA
CLARA.— La primera mujer árbitro de béisbol en Cuba en una Serie
Nacional se llama Yanet Moreno Mendinueta.
Tiene la piel morena, alisada por 32 años de edad, una sonrisa a
flor de labios y un perfume acogedor con efluvio particular en su
debut como árbitro detrás del home, la noche del 6 de diciembre del
2006, en la subserie Matanzas-Villa Clara.
¿Te perfumas así todas las noches?
—Siempre que voy a una fiesta importante, y la de hoy en el
Sandino debe ser la mejor.
¿Árbitro casual o premeditado?
—Desde niña jugué béisbol callejero en el barrio de Alamar donde
nací y vivo. Mi padre me regañaba, pero me le escondía y jugaba.
Después incursioné en el softbol y béisbol organizados, sin mucho
progreso. La metodóloga de béisbol Margarita Mayeta me indicó:
"Prueba como ampaya", y aquí estoy.
Tu escuela principal, ¿el terreno o el aula?
—Las dos. Terminé mi segundo curso en la Escuela Nacional de
Árbitros, y he "ampayado" en campeonatos nacionales escolares,
juveniles y provinciales de primera categoría.
¿Expulsiones?
—Tres, por palabras obscenas y falta de respeto en el terreno,
las cuales no admito, y menos en las categorías escolares, que son
educativas.
¿Y si un pelotero en un momento del juego te lanza un piropo?
—Tal vez me ría, mas pienso que no lo harán.
¿Buen o mal carácter?
—Casi siempre bueno, a veces fuerte.
¿Eres casada, tienes hijos?
—No.
¿Reguetonera?
—Música romántica, Richard Clayderman es mi favorito.
¿Principales alentadores?
—Mis compañeros árbitros, mi familia, y Fidel, que nos abrió
todas las posibilidades.
Mujer ampaya, ¿ventaja o desventaja?
—Todos esos peloteros nacieron de una mujer, y se miden mucho
cuando te tienen delante. Las mujeres siempre somos más estrictas e
imparciales.
El juego de su debut fue tenso hasta las postrimerías. Mas ella
anduvo ecuánime y certera los nueve innings. Un pelotazo en el pie
trató en vano de sacarla del partido.
Abandonó la cancha sin arrogancia, con paso lento y vistoso,
mientras perfumaba la noche del estreno.