. — El
presidente George W. Bush aceptó hoy la renuncia de John Bolton,
embajador de Estados Unidos ante Naciones Unidas, luego de la
precipitada caída en popularidad del diplomático norteamericano.
Las posibilidades de renombramiento de Bolton menguaron desde el
mes pasado cuando incluso senadores republicanos respaldaron el
rechazo demócrata a la confirmación de su cargo en enero de 2007.
La salida del delegado de Bush representa este año la segunda baja
importante de un alto funcionario del equipo gubernamental después que
los comicios de medio término se tradujeron en una derrota fulminante
para el partido del Presidente.
Donald Rumsfeld, jefe del Pentágono, dimitió hace dos semanas
ahogado en una marea de críticas por el desastroso curso de la guerra
de Washington contra Iraq, donde han muerto más de dos mil 880
militares de este país.
Según un reporte de la cadena CNN, el gabinete de W. Bush recomendó
que Bolton se mantuviera en su puesto solo hasta el próximo mes, y ya
su plaza no necesitará ser confirmada por el Senado, ahora de mayoría
demócrata.
Bolton, un ex funcionario del Departamento de Estado, fue duramente
criticado en el Congreso por muchos legisladores que consideran su
gestión como dañina para la credibilidad internacional de Estados
Unidos.
Hasta el senador republicano Lincoln Chafee, quién determina el
voto de balance en el Comité de Relaciones Exteriores, aseguró que no
apoyaría más la nominación de la Casa Blanca, defendida desde agosto
de 2005.
Corroborar a Bolton en su posición contradiría la voluntad general
de la población a favor de una nueva dirección en esa cartera, comentó
Chafee.
Considero que su filosofía diplomática y su estilo en Naciones
Unidas han perjudicado mucho a Washington y laceraron la imagen de
este país frente al mundo, añadió el legislador republicano.