La iglesia de Oaxaca anunció que
mediará en el conflicto que aún hoy vive ese estado mexicano, donde la
persecución, venganza, rechazo, y represión alcanzan niveles
alarmantes.
En un comunicado difundido por el obispo auxiliar Oscar Mario
Campos, la diócesis expresó que ya comenzó el seguimiento de casos
concretos y documentados de personas indebidamente detenidas, entre
otras cuestiones.
Destacó que la situación vivida en la demarcación en los últimos
meses es una dolorosa realidad, con sus profundos desequilibrios
sociales, económicos, políticos y educativos, por lo que es necesario
revisar las causas que los desencadenaron.
Según refleja el texto, la crisis ha dejado un pueblo herido por la
división social y ante esto es necesario trabajar hacia una reforma
estructural del estado, pero cualquier propuesta deberá ir por encima
de intereses particulares, dijo.
Este domingo, y pese a los temores ante la posibilidad de
represión, familiares de las decenas de personas detenidas el pasado
25 de noviembre, marcharon por las calles del zócalo oaxaqueño.
Entretanto, los jueces penales del reclusorio de Nayarit, donde se
encuentran 141 ciudadanos presos acusados de sedición, incendio, y
resistencia de particulares, entre otros delitos, fijaron fianzas de
hasta cuatro millones de pesos, (unos 400 mil dólares).
Por su parte, la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos
Humanos (Limeddh) indicó que en Oaxaca 15 personas murieron, 150
resultaron lesionados y 200 detenidos, además de un sinnúmero de
desaparecidos.
A más de seis meses de manifestaciones la profunda crisis que vive
el estado demuestra el clima de ingobernabilidad, sistemáticas
violaciones de derechos humanos, como detenciones arbitrarias,
tortura, intimidación, agregó Limeddh.
Organismos religiosos y de derechos humanos han documentado que en
el empeño del gobierno por aplastar a la Asamblea Popular de los
Pueblos de Oaxaca (APPO), que exige la salida del mandatario local,
Ulises Ruíz, se cometieron toda suerte de atropellos.