es
el título de la exposición fotográfica inaugurada en la Fototeca de
Cuba, en la capital cubana, que muestra la vida de emigrantes
italianos en Toronto, Canadá, durante los años 70.
A propósito de la IX Semana de la Cultura Italiana, el artista
Vincenzo Pietropaolo exhibe 25 imágenes de hombres, mujeres y niños,
campesinos, obreros no calificados que hacían de constructores,
trabajadores textiles, costureras y de auxiliares de limpieza.
El compromiso con la sociedad de contextualizar la realidad y
comunicar vivencias humanas es lo que ha motivado al italo-canadiense
a cultivar la fotografía documental.
Pietropaolo manifestó también a la AIN, que defiende su
responsabilidad social como artista, quien tiene ante sí el deber de
exponer al mundo los valores humanos con respeto y dignidad.
Señaló que más que la nostalgia por la Patria, lo que pretende es
salvar del olvido a esas personas que huyéndole a la guerra se
desarraigaron del sur de Italia con el anhelo de salir de la
terrible pobreza y lograr mejoras económicas.
Es mi propósito con esta obra mantener vivo el testimonio visual
de la integración de aquellos italianos a una sociedad nueva y
diversa por sus costumbres, religión y clima, donde se asentaron
unos 300 mil para crear una "pequeña Italia", destacó.
El libro homónimo al título de la exposición consta de 80
fotografías y de un ensayo escrito por Giuliana Coladillo, esposa de
Pietropaolo.
Los autores se han basado en la vieja creencia de que en Las
Américas existía El Dorado, por pensar que las calles estaban
pavimentadas en oro.
Sólo que cuando los emigrantes pisaron el continente se
encontraron que las calles ni siquiera estaban pavimentadas y que
ellos mismos deberían pavimentarlas. (AIN)