La bomba estalló la víspera y dañó dos vagones, así como lesionó a otras 56 personas, muchas de ellas de gravedad, por lo cual se teme que la cifra de muertos aumente las próximas horas, de acuerdo con la agencia de noticias Press Trust of India (PTI).

El convoy cubría la ruta entre Haldibari y Siliguri del distrito de Jalpaiguri, a unos 625 kilómetros de Kolkata (Calcuta), capital de Bengala Occidental, en un tramo de territorio indio fronterizo con Nepal, Bután y Bangladesh.

Aunque la Policía reconoció carecer de elementos para determinar los responsables del presunto atentado, entre sus primeros sospechosos figuran grupos separatistas del noreste indio, donde actúan casi 40 grupos, además de los tribales.

Según la PTI, esas presunciones se centran en el grupo separatista armado Organización para la Liberación de Kantapur (OLK), que opera en Bengala Occidental desde 1990 y se vincula con el Frente Unido para la Liberación de Assam (FULA).

El FULA, que comenzó sus acciones en 1979, es el principal grupo separatista de las 25 organizaciones armadas que actúan en siete estados del noroeste de la India, cuyo objetivo es conseguir la independencia o una amplia autonomía para sus territorios.

Estadísticas oficiales indican que en esa región más de 15 mil personas perdieron la vida en actos violentos en los últimos 10 años.