.— Las autoridades de la ciudad
estadounidense de Los Ángeles instalarán la semana próxima cámaras de
video para vigilar la conducta de la Policía, ante los reiterados
casos de abuso de los agentes, informa hoy el diario La Opinión.
Según el rotativo californiano, la decisión de utilizar los equipos
fue adoptada por el Consejo Municipal, con la intención de controlar
el comportamiento de los uniformados.
El proyecto inicial incluye la colocación de cámaras digitales en
300 automóviles de la policía a comienzos de 2007, a un costo de cinco
millones de dólares. Las filmadoras se montarán sobre las pizarras de
los vehículos.
La semana próxima serán puestos a prueba cuatro modelos de
videocámaras digitales, con el objetivo de determinar el mejor para
este tipo de grabaciones.
El escuadrón completo de la policía de la ciudad, integrado por mil
600 carros, podría estar equipado en tres o cuatro años.
La necesidad de instalar las cámaras ganó fuerza tras la golpiza
recibida el 11 de agosto último por el joven de 23 años William
Cárdenas, filmada por un aficionado en Hollywood y publicada en el
popular sitio en Internet You Tube.
El video, de 20 segundos, muestra al agente Alexander Schlegel
manteniendo inmóvil a Cárdenas, mientras el oficial Patrick Farrell
tiene una rodilla sobre el cuello del hombre y le golpea la cara con
el puño seis veces.
En opinión de Jack Weiss, miembro del Consejo y presidente del
comité de Seguridad Pública, la filmación subrayó la necesidad de
instalar las cámaras digitales en los vehículos policiales.
Las leyes estatales exigen que los videos se mantengan archivados
durante al menos un año, pero una ley de la ciudad exige que las
imágenes se guarden durante cinco años.
Pese a que las cámaras aún no se han instalado, la policía ya dice
tener problemas de espacio para almacenar las pruebas grabadas.
En días recientes, otro aficionado difundió un video que muestra a
un agente arrojando gas pimienta a un hombre que ya había sido
esposado e introducido por la fuerza a una patrulla.
Casos similares fueron filmados en 1991, entre ellos la golpiza al
afro-estadounidense Rodney King, después de la cual se presentaron
cargos contra cuatro agentes. La posterior absolución de los policías
desató disturbios en Los Ángeles.